TERUEL

El mal tiempo respetó a los Amantes

La lluvia, que hizo aparición media hora antes del desenlace de las Bodas de Isabel, se contuvo en el momento más decisivo.El público llenó la plaza de la Catedral para presenciar una de las escenas más emotivas de la fiesta, ambientada en el siglo XIII

El cuerpo inerte de Isabel de Segura es portado por tres caballeros ante la mirada emocionada del público que abarrota la plaza de la Catedral
El mal tiempo respetó a los Amantes
ANTONIO GARCÍA

La lluvia respetó ayer y permitió que el numeroso público que se congregó en la plaza de la Catedral de Teruel presenciara el desenlace de la escenificación de los Amantes, ambientada en el siglo XIII. Aunque los paraguas hicieron acto de presencia treinta minutos antes de iniciarse la escena de la muerte de Isabel de Segura y volvieron a reaparecer durante la tarde, la meteorología, la principal preocupación de los organizadores, dio un respiro a la fiesta, que pudo terminar sin contratiempos.

 

La pasión que mostraron los actores caldeó los ánimos de los miles de espectadores de las Bodas, a pesar del intenso frío. La llegada del séquito fúnebre con el cadáver de Diego portado en parihuelas por miembros de las órdenes militares puso un nudo en la gargantas del público. El dramatismo de la escena se incrementó con la música y los cánticos fúnebres, el tañer lánguido de campanas, la tétrica percusión de timbales y bombos y el caballo sin jinete que encabezaba la comitiva.

 

Tras los lloros desgarradores de la madre de Diego de Marcilla, muerto la jornada anterior por la negativa de Isabel a darle un beso debido a su reciente condición de esposa de Pedro de Azagra, fue la propia Isabel la que pereció ante la mirada conmovida de los presentes. Tras besar el cadáver de su amado, la Amante cayó fulminada, también por amor. Pedro de Azagra no tuvo más remedio que rendirse ante la evidencia y, tragándose su orgullo, ordenó que los dos Amantes fueran enterrados juntos: "Que nadie separe esta unión. Así lo ha querido Dios". El acto se cerró con la recitación de unos salmos fúnebres hebreos por el historiador sefardí Abraham Haim.

 

A pesar de su repetición durante las XIV ediciones de Las Bodas, la escena sigue emocionando al público. Un turolense reconoció, con los ojos húmedos y mientras comprobaba que su cámara había captado la imagen, su congoja: "Aunque vengo todos los años, no puede evitar emocionarme hasta llorar".

 

Parecida sensación se vivió en el epílogo de la obra, cuando, desde el balcón del Museo Provincial, el rapsoda Jesús Cuesta relató en clave de romance de ciego la leyenda de los Amantes y Mari Carmen Torres cantó la 'Oda a los Amantes'. El entusiasmo se desató cuando los actores que interpretaron a Diego e Isabel saludaron al público. Guillermo Gil y Elisa Muñoz fueron recibidos por el público que llenaba la plaza de la Marquesa con gritos de "¡Bravo, bravo!".

 

A Guillermo, tras una mañana haciendo de muerto bajo un frío penetrante, le dolía "todo el cuerpo". El intérprete de Diego no tenía palabras para describir su emoción. "Nunca antes había vivido nada parecido", dijo. Elisa no se podía imaginar tantas y tan intensas sensaciones. Se mostró desbordada porque, dando vida a uno de los personajes más queridos por los turolenses, "todo se ha magnificado".

 

Raquel Esteban, la gerente de la Fundación de las Bodas de Isabel de Segura -entidad semipública organizadora de la fiesta-, señaló que la obra ha tenido este año "más matices que nunca; nos hemos emocionado, reído y llorado". La gerente defendió la fidelidad a la tradición de la escena introducida el sábado en la que Pedro de Azagra aparece en paños menores ante el público, una estampa que fue recibida con disparidad de opiniones por el público.

 

A su juicio, el trabajo actoral fue perfecto y el nivel general de la escenificación y la fiesta, "impecable". Raquel Esteban consideró que las Bodas superarán el listón para conseguir la norma de calidad ISO 9001. Así, también se despeja el camino para su calificación de Interés Turístico Nacional.

 

El alcalde de Teruel, Miguel Ferrer, se mostró "muy satisfecho" del trabajo interpretativo y de organización de la fiesta, que ha transcurrido sin incidencias relevantes. Ferrer señaló que, a pesar del "muchísimo público" que acudió a la ciudad, la calles estuvieron mas descongestionadas debido a la mayor dispersión de jaimas y puestos de venta para "eliminar cuellos de botella".

 

Sin embargo, la actividad comercial se ha resentido, en parte por la crisis y en parte por el mal tiempo, con lluvia intermitente y frío. Un vendedor de golosinas de la céntrica calle de San Juan afirmó que, ocupando el mismo sitio que en la edición de 2009, las ventas bajaron "un veinte por ciento". Ha sido, con diferencia, el peor de los tres años en que ha acudido a Las Bodas.

Menos visitas al Mausoleo

Rafael Sánchez, un juguetero artesano, apreció un descenso de la animación comercial, aunque, a pesar de la bajada, señaló que las Bodas siguen siendo una cita muy interesante para su actividad. También el Mausoleo de los Amantes recibió menos visitas que en 2009, al pasar de 3.144 a 2.631, un 18% menos