REPRESENTACIÓN DE LAS BODAS DE ISABEL

Toque de comedia para los Amantes

Pedro de Azagra apareció ante el público en paños menores, una novedad humorística del guión recibida con opiniones dispares.A pesar del ligero viento y las bajas temperaturas, el recorrido de los actores por las calles estuvo repleto de público

Toque de comedia para los Amantes
Toque de comedia para los Amantes
A. GARCÍA

Una de las escenas cumbre de la dramatización de los Amantes incorporó ayer tonos de comedia -ya apuntados en 2009- con la aparición del marido de Isabel de Segura, don Pedro de Azagra, ante el público que atestaba la plaza del Torico vestido únicamente con unos rudimentarios calzoncillos. La novedad fue recibida con disparidad de opiniones por el público. Mientras muchos espectadores no pudieron evitar las carcajadas ante la grotesca estampa, otros cuestionaban su encaje en una leyenda marcada por la pasión amorosa, el dramatismo y la tragedia.

 

El episodio escenificado ayer, que comprendió desde la llegada de Diego a Teruel tras cinco años de ausencia para reclamar el amor de Isabel hasta la muerte del Amante ante la constatación de que su amor es imposible tras la reciente boda de su amada con el poderoso Pedro de Azagra, incorporó algunas novedades en el guión. Un agente de Azagra intenta matar a Diego nada más cruzar las murallas de la ciudad precedido por un numeroso séquito militar y los Amantes cantan al unísiono durante su reencuentro.

 

Pero, sin duda, la campanada la dio la aparición de Pedro de Azagra en el balcón de su casa semidesnudo y con actitud entre cínica y libidinosa. "¡Qué fuerte!", exclamó sin poder contenerse uno de los espectadores, mientras que desde otro rincón alguien respondía: "Y ¡qué feo es!".

 

La incorporación cómica desconcertó a parte del público. Un espectador habitual de la dramatización, Tomás Cañete, consideró que el añadido "rompe la pasión de la historia". Aunque, a su juicio, es una buena idea que Azagra aparezca -como en 2009- en la escena, "su actitud es demasiado cómica. Debería ser más contenido". Parecida opinión mostró uno de los actores que han encarnado a Diego, Iván Lorente. A su juicio, "la historia sumerge al espectador en una historia de amor y desamor, y la actitud de Pedro de Azagra no encaja en ese contexto". Más allá fue uno de los espectadores fijos de las Bodas de Isabel: "La aparición de Azagra en paños menores es una horterada".

 

Pero también hubo opiniones a favor. Para una turista italiana, el capítulo de ayer fue "excelente". Según esta espectadora, "los actores lo han hecho muy bien, todo ha estado bien organizado y la llegada de Diego ha sido muy solemne". En su opinión, la cuña cómica de la obra "es un acierto porque sirve para romper la tensión dramática".

 

A pesar de las gélidas temperaturas, la presencia de público fue muy numerosa durante todo el recorrido que los actores realizaron por el Centro Histórico durante la dramatización. Josefina Buj, que, aunque turolense, vio la obra por primera vez, calificó la representación de "muy buena", pero con un reparo: "Hay demasiada gente por todos lados. Para ver la escena he tenido que esperar en la plaza del Torico durante una hora y media". Y parecida situación se vivió en la plaza del Seminario, donde arrancó la representación. Los roces entre los espectadores por ocupar las primeras filas menudearon. La zaragozana Ester Nueno también felicitó a los organizadores y a los actores por su trabajo. Cuestionó, no obstante, "el vestuario de Isabel, que, con el hombro descubierto, no parece muy ajustado a la Edad Media y, mucho menos, la ropa interior de Pedro de Azagra, que parecen unos pañales".

La muerte, hoy, de Isabel cerrará la obra con su broche fatal.