TERUEL

"Creí que algún perro me iba a morder el cuello y que había llegado mi último día"

Una jauría atacó en Fuentes de Rubielos a un vecino de Castellón, que recibió dentelladas por todo el cuerpo.

Ramón Rubira, con múltiples cicatrices, en su cama del hospital de Villarreal
"Creí que algún perro me iba a morder el cuello y que había llegado mi último día"
TONI LOSAS/ LAS PROVINCIAS

Un vecino de Burriana (Castellón), Ramón Rubira, se recupera de las múltiples heridas y desgarros por todo su cuerpo que sufrió al ser atacado por una jauría de perros el pasado día 17, en Fuentes de Rubielos. El herido, que tuvo que recibir cien puntos de sutura y ha perdido parte de su oreja izquierda por un mordisco, abandonó ayer el hospital La Plana, de Villarreal (Castellón). Momentos antes de recibir el alta, recordó el episodio que a punto estuvo de costarle la vida: "Acompañaba a mi hijo que estaba de caza cuando aparecieron dos perros que, sin siquiera ladrarme, se me echaron encima y me mordieron las piernas. Me los quise quitar de encima pero enseguida me vi rodeado de una jauría que me echó al suelo. Me mordieron los brazos, la piernas y la cabeza. Yo pensé que en algún momento alguno me mordería el cuello y que había llegado mi hora".

 

El ataque se produjo justo un año después de que la misma manada agrediera gravemente a otro cazador de la localidad turolense que también resultó malherido. El dueño de los perros, un cazador de Fuentes de Rubielos que intentaba cazar jabalíes, y el hijo de Ramón Rubira acudieron en su auxilio al oír sus gritos de socorro. A culatazos de escopeta y patadas, consiguieron parar el ataque. "Al llegar mi hijo -dijo la víctima-, solo pudo ver un montón de perros enfurecidos, porque yo estaba ocultó debajo de aquellos animales".

 

Cuando el hijo de Ramón fue a buscar el coche para recoger a su padre, que apenas se tenía de pie, varios perros le siguieron, le derribaron y le atacaron también con mordiscos en las piernas. Tuvo que defenderse y mató a uno de los animales de un disparo. "Le pusieron de rodillas y, si no llega a ir armado, también hubieran acabado con él", recordó Ramón Rubira. Junto a él se había quedado el propietario de los canes, sobre todo para evitar que estos reanudarán el ataque. "Si me llego a quedar solo -recordó el herido-, me hubieran matado".

 

Investigación judicial

Tras recibir una primera atención sanitaria en el centro de salud de Mora de Rubielos, fue trasladado al hospital Obispo Polanco y, de allí, a los pocos días, fue derivado al hospital de Villarreal. El herido no está dispuesto a que el incidente acabe en el olvido y ha presentado una denuncia en la Guardia Civil. El Juzgado número 2 de Teruel ha abierto también diligencias.

 

Una fuente de la Delegación del Gobierno en Aragón reconoció que los perros que causaron la agresión están en situación legal. El alcalde, Eduardo Prat, explicó, no obstante, que la veterinaria de la zona mantiene a los animales bajo vigilancia y en cuarentena.

Alarma en la localidad

La gravedad de las heridas sufridas por Ramón Rubira y el precedente de hace un año han causado alarma en la localidad. Una vecina de Fuentes de Rubielos señaló que el dueño de la jauría "cuida mucho a sus perros y no actúa con mala idea", pero reconoció que la presencia de estos animales por el monte "da miedo a la población, porque son muchos y muy grandes y a veces no los puede controlar". Según la misma fuente, "se veía venir que la situación de los perros era peligrosa y, si no se toman medidas, se puede repetir".

 

Ramón Rubira reside ocasionalmente en Fuentes de Rubielos, donde posee una vivienda. Explicó que, cuando sufrió el ataque de los perros, acompañaba, sin armas, a su hijo que iba a cazar perdices. Señaló que fue, al separarse de su hijo momentáneamente, cuando se produjo el incidente. Debido a la gravedad de las heridas sufridas, dijo que todavía no se explica cómo pudo llegar, "con la pierna a rastras", al coche con el que fue evacuado.

 

La evolución de las heridas está siendo muy favorable porque, "por suerte", no se han infectado, lo que propició ayer el alta hospitalaria. Sin embargo, las secuelas físicas y psíquicas tardarán en borrarse. "Incluso mi hijo tiene pesadillas por lo ocurrido", señaló Ramón Rubira.

Un accidente

El delegado en Teruel de la Federación Aragonesa de Caza, Antonio Gómez, afirmó que, por la información que tiene, tanto el hijo de Ramón Rubira como el propietario de los perros, se encontraban cazando en situación legal y amparados por el funcionamiento del coto local, con un plan de funcionamiento supervisado por la DGA. Gómez añadió que, en principio, todo apunta a "un accidente", aunque reconoció que, al haberse presentado un denuncia, "la última palabra la tendrá la Justicia".