TERUEL

Investigan la puesta de cientos de lazos para cazar aves en la Sierra de Albarracín

La fiscalía de Medio Ambiente también ha abierto diligencias por la muerte de un búho real que quedó electrocutado en un tendido eléctrico de Andorra propiedad de Endesa.

La fiscalía de Medio Ambiente de la Audiencia Provincial de Teruel ha abierto una investigación para tratar de identificar a los autores de la colocación, en los últimos meses, de centenares de lazos en los sabinares de la Sierra de Albarracín. Estas trampas tienen por objeto la caza de aves, concretamente tordos. Solo entre enero y febrero, los agentes de protección de la naturaleza de la DGA detectaron más de 200 de estas redes instaladas en varios cotos de la zona.


Como explicó ayer el fiscal de Medio Ambiente, Jorge Moradell, se trata de un sistema de caza indiscriminado que propicia la muerte de especies protegidas, como el mirlo blanco. Los tordos están considerados una especie cinegética y se pueden capturar, pero siempre respetando los cupos establecidos por los gestores del coto y con procedimientos selectivos.


Moradell destacó que la colocación de lazos para cazar tordejas destinadas a la alimentación era frecuente en la economía tradicional de la zona hasta la década de los años sesenta del siglo pasado. Sin embargo, el fiscal sostuvo que esta actividad no está justificada en la actualidad, mientras que el procedimiento de captura utilizado está considerado como un delito contra la fauna y, por tanto, perseguido por la Justicia.


Dentro de las diligencias abiertas para esclarecer la autoría de las trampas, la Fiscalía ha llamado a declarar a los gestores de los cotos, encargados de vigilar los terrenos. Todos ellos -explicó el fiscal- desconocen quiénes son los responsables, pero han mostrado su disposición a colaborar con la investigación iniciada por el Ministerio Público.


Los lazos se preparaban antiguamente con pelo de cola de caballo, pero en la actualidad se emplea hilo de nailon. La muerte del ave depende del peso del ejemplar. Las aves de más peso, como la zorza real, se estrangulan enseguida, pero las más ligeras, como el zorzal alirrojo, quedan enganchadas sin poder escapar y tardan tiempo en ahorcarse.


Instalaciones antiguas

Por otro lado, la Fiscalía ha abierto también diligencias tras la aparición, a principios de este año, de un búho real muerto en un tendido eléctrico propiedad de Endesa en las cercanías de Andorra, concretamente en el cabezo de Horcallana.


El animal, perteneciente a una especie protegida, fallecería electrocutado, lo que ha llevado a la Fiscalía a abrir una investigación que determine cuáles son en la provincia los puntos negros en líneas eléctricas que pueden causar la muerte de estas aves.


Moradell explicó que en Teruel existen instalaciones eléctricas anteriores a la normativa que, primero en 2005, y luego en 2008, estableció el Gobierno aragonés para reducir el impacto de las mismas en la fauna. No obstante, en su opinión, esta antigüedad no debería justificar la ausencia de determinadas medidas que evitasen la muerte de ejemplares, por ejemplo, el recubrimiento con material aislante de algunos de los elementos en los que se apoyan las aves. Al parecer, Endesa ha expresado su intención de colaborar en todo lo posible para evitar este tipo de accidentes.

 

La Fiscalía tiene previsto detectar, con ayuda de los agentes de protección de la naturaleza de la DGA, aquellos puntos de riesgo para los animales tanto en tendidos eléctricos como en instalaciones con aerogeneradores. El fiscal resaltó que las diligencias abiertas van orientadas a constatar la peligrosidad de las instalaciones y a encontrar soluciones que minimicen el daño a las aves. En la provincia de Teruel hay miles de kilómetros de tendidos eléctricos.