El Museo de Etnografía prevé abrir sus puertas en 2012

Después de diez meses de trabajo callado, por fin, ayer, se dio un paso decisivo para poner en marcha en Teruel el Museo Nacional de Etnografía, que, según las primeras estimaciones, podría estar terminado a comienzos de 2012. El centro se convirtió en las pasadas elecciones generales en la principal promesa a los turolenses del presidente José Luis Rodríguez Zapatero.

La Diputación Provincial fue el escenario de la firma de un protocolo que permitirá arrancar esta iniciativa. No vino el presidente del Gobierno a firmar el acuerdo, como en principio anunció él mismo, pero fue el ministro de Cultura, César Antonio Molina, el que rubricó de nuevo un convenio que complementa el ya suscrito en marzo del año pasado y a través del cual se asumió el compromiso de buscar una sede para el centro museístico.

Ayer se concretaron algunos aspectos: César Antonio Molina dijo que a partir de ahora se pone en marcha la maquinaria para encargar el proyecto arquitectónico que adaptará las instalaciones de la antigua casa de la beneficencia o también denominado Hogar Comandante Aguado -cedido en uso por la Diputación turolense- a las nuevas necesidades museísticas. El siguiente paso será la licitación de las obras. "Este año -explicó el ministro- se va a dedicar a cumplir toda la burocracia". De hecho, en los presupuestos generales del Estado para 2009, el Museo cuenta únicamente con una partida de tres millones de euros, una cifra que no da para mucho más frente a los alrededor de 30 millones de euros que se estima puede suponer la rehabilitación de la casa de la misericordia.

Agilidad en las obras

Molina, al principio cauto al hablar de fechas y plazos, señaló más adelante que las obras se realizarán lo más rápido posible. "Queremos inaugurar el Museo los aquí presentes", dijo en referencia al presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias, y al de la Diputación Provincial, Antonio Arrufat, firmantes también del protocolo de colaboración suscrito ayer.

Paralelamente a las obras de restauración, se establecerán las bases administrativas para elegir al director del Museo, un funcionario que tendrá ante sí un gran reto para poner en valor una colección de las más de 200.000 piezas -algunas de más de 500 años de historia- que se mostrarán en Teruel y que actualmente se encuentran en los almacenes del Museo del Traje y Centro de Investigación del Patrimonio Etnológico de Madrid.

Empleo y cultura

Todos los firmantes coincideron en que el Museo de Etnografía va a suponer además de un referente cultural, una importante fuente de trabajo. El ministro manifestó que la obra empleará, en primer lugar, a un buen número de trabajadores -"500 personas, por lo menos, durante dos años"-. Más adelante, se contratará al personal, la mayoría procedente de la Comunidad Autónoma.

Molina considera que el Museo de Etnografía "va a ser un polo de atracción inmenso, nacional e internacional", equiparable por su temática a los de Marsella, Quebec o París. Y agregó que su constitución figuraba entre sus grandes proyectos a ejecutar durante esta legislatura.

Para Marcelino Iglesias, la creación del centro cultural en Teruel "es un paso más en la descentralización de los museos nacionales". "Es un proyecto nacional -subrayó- pero no va a estar en Madrid". A juicio del presidente aragonés, la firma de ayer "supone un compromiso y una apuesta para el desarrollo de Teruel, porque la cultura tiene que ser un activo importante para nuestra economía". Añadió que la provincia está demostrando "que es capaz de transformar situaciones difíciles".

El presidente de la Diputación Provincial, Antonio Arrufat, considera que el proyecto permitirá recuperar un "importante patrimonio turolense, pero también impulsar la actividad cultural y que Teruel se sitúe en el mapa del mundo".