TERUEL

La DGA plantea alternativas a los tramos más conflictivos de la A-40 para licitar el resto

La presión social obliga al Gobierno aragonés a rechazar un nuevo trazado, que retrasaría la obra al menos 6 años.

La carretera N-311, que une Teruel y Cuenca, es estrecha, tortuosa y sin arcenes
La DGA plantea alternativas a los tramos más conflictivos de la A-40 para licitar el resto
ANTONIO GARCÍA

El Gobierno aragonés propondrá buscar trazados alternativos en los tres puntos de la autovía Teruel-Cuenca que estima más frágiles medioambientalmente, pero también empezar a licitar ya aquellos tramos sin problemas paisajísticos. Esta es la idea, según fuentes de la DGA, que llevarán mañana, lunes, los consejeros de Presidencia y Obras Públicas, Javier Velasco y Alfonso Vicente, a Madrid, donde tienen previsto reunirse con los consejeros de obras públicas de Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana y con representantes de los ministerios de Fomento y Medio Ambiente para desbloquear la construcción de la A-40, cuyo proyecto ha echado abajo el Gobierno central tras la declaración de impacto ambiental negativa.


Sería una fórmula para no retrasar durante años la realización de esta autovía, que enlazaría Teruel con Cuenca pero, además, situaría a la provincia turolense en medio de un futuro eje nacional que uniría el sur del país con el norte. Si se busca un itinerario distinto para los 150 kilómetros que separan ambas capitales, el proceso administrativo tendrá que comenzar de nuevo y ello supone cinco o seis años de papeleo.


La DGA reduce a tres las zonas que deberían ser, por su fragilidad, salvaguardadas de los efectos de las obras de la autovía. Son los cauces de los ríos Turia y Ebrón en su recorrido por el enclave valenciano del Rincón de Ademuz, un área de los ríos Guadazaón y Cabriel a su paso por Cuenca en la que habitan nutrias y las Hoces del río Cabriel, también en la provincia de Cuenca. Por el contrario, el tramo de Teruel a Libros, en el que algunas medidas correctoras serían suficientes para proteger la vegetación gipsícola (que vive en el yeso) que allí existe, podría seguir su tramitación, y lo mismo el tramo que va de la ciudad de Cuenca hasta las Hoces del Cabriel.


Sobre el papel parece fácil, pero luego, quizá, no lo sea tanto. El estudio informativo sobre la A-40 realizado por un equipo multidisciplinar de la Demarcación de Carreteras del Estado en Aragón, y sometido a información pública, ya realiza un análisis exhaustivo sobre los itinerarios posibles dentro del actual corredor de Teruel a Cuenca, el cual, al discurrir por él la N-330 y la N-420, ya se encuentra afectado por una obra humana. El informe y sus planos incluyen ya las sugerencias hechas por el Ministerio de Fomento.


Este estudio descartó en su momento llevar la futura autovía por el norte del actual corredor al tratarse de una zona muy abrupta. En su recorrido por la zona sur y tras pasar el terreno de plantas gipsícolas en la provincia de Teruel, la A-40 se encontraría en el Rincón de Ademuz con los cauces de los ríos Turia y Ebrón, a los que salva con puentes de hasta 700 metros y 1.000 metros de longitud. Es de esperar que la fauna y la flora del terreno se recuperasen en un plazo de tiempo más o menos largo de los daños que les ocasionarían las máquinas y la actividad constructiva.


En la provincia de Cuenca, el estudio informativo contempla el paso de la A-40 por el espacio denominado "Hoces del Cabriel, Guadazaón y Ojos de Moya", calificado como LIC (Lugar de Interés Comunitario) y ZEPA (Zona de Especial Protección de las Aves). La autovía cruzaría primero este paraje por el río Cabriel en su punto más estrecho y después lo atraviesa de nuevo en un espacio más extenso, pero el estudio incluye aquí la posibilidad de hacer un túnel de 3,5 kilómetros para evitar la afección.


Los planos indican, por último, que ya cerca de la Serranía de Cuenca, la autovía rozaría un complejo lagunar, el de "Fuentes", si bien por aquí ya pasa igualmente la actual carretera.


El estudio informativo concluye que los recorridos que analiza discurren por la cota más baja posible -siendo el punto más alto el puerto del Hontanar, de entre 1.200 y 1300 metros de altitud- y se apoyan en el corredor actual, por lo que no supondrían una nueva afección ambiental. Cuestión distinta sería buscar un nuevo itinerario que bordease las zonas más críticas. Los agentes sociales y las coordinadoras ciudadanas Teruel Existe y Plataforma Cívica por Cuenca ya han anunciado que no admitirán esta última alternativa, que demoraría el inicio de la obra indefinidamente.