TERUEL

¿Peligra la afluencia de los veraneantes a los pueblos?

El presidente de la Diputación de Teruel, Antonio Arrufat explica que el número de personas que acuden a los pueblos se reducirá por el propio cambio generacional, por lo que anima a implicar a los forasteros en la vida las localidades.

El presidente de la Diputación de Teruel, Antonio Arrufat, ha advertido que la llegada de veraneantes, en su mayoría hijos del pueblo que emigraron en el pasado y sus descendientes, es un proceso que en los próximos años irá en retroceso. Arrufat ha explicado que el número de personas que acuden a los pueblos se reducirá por el propio cambio generacional y el envejecimiento de quienes nacieron en el pueblo.

En la actualidad, el proceso de llegada de veraneantes abarca varios meses, de primavera a otoño, en las personas más mayores y en el periodo de vacaciones de sus hijos, ya que la tercera generación, salvo en los días puntuales de las fiestas, busca otras opciones.


La presencia de esta población flotante obliga a los municipios a prestar servicios en los picos de mayor afluencia como doblar la recogida de basuras o tener previsto que los depósitos de agua estén llenos para responder a un mayor consumo.


El presidente de la DPT ha señalado que estos visitantes temporales suelen tener casas en los pueblos, heredadas en muchos casos pero también compradas, y tienen un impacto económico que favorece la supervivencia del territorio. Aunque las casas no estén habitadas parte del año, los veraneantes pagan el IBI, el agua y el coste de la recogida de basuras y además contribuyen con inversiones, por ejemplo con el arreglo de sus casas.


No obstante, ha reconocido que la contribución que hacen desde el punto de vista económico con los pueblos a los que acuden y para los que demandan servicios debería aumentar en otros parámetros como el consumo.


En su opinión, deberían utilizar más el comercio local en lugar de las grandes superficies urbanas de donde vienen para contribuir a su mantenimiento y ha señalado que sobre todo las personas mayores prefieren la tienda del pueblo.


Ha recordado como hace años se produjo la "fiebre" de los frontones y todos los pueblos querían construir uno cuando nadie jugaba en este tipo de instalaciones y hoy, con cubierta, cumplen otras funciones.


Arrufat ha explicado que en los pueblos se requieren infraestructuras que sirvan de "salón" y que los ayuntamientos no deben restringir su uso únicamente cuando llegan los forasteros sino darles mayor contenido durante el resto del año.


Ahora los municipios piden instalaciones deportivas y ayudas para la renovación de redes de suministro de agua y de vertidos, ya que las que disponen, las primeras en construirse, han cumplido el ciclo vital de los materiales con que se hicieron, en muchos casos hace más de cuarenta años.


Demandas que no benefician solo a los veraneantes sino que benefician a quienes están todo el año viviendo en el pueblo en el que, además, "los servicios son cada vez mejores" y se ha logrado que convivan las actividades económicas tradicionales, por ejemplo el ovino con la presencia de veraneantes.


Otros servicios, como Sanidd o Educación, el presidente de la Diputación Provincial considera que están incluso en los pueblos más pequeños.


En opinión del presidente de Arrufat, es preciso implicar a los forasteros en la vida del pueblo, como ocurre en Comisiones de Fiestas u otras iniciativas y que desde los ayuntamientos se conciencia de la necesidad de favorecer la conservación de los conjuntos urbanos, una implicación que también debe extenderse a proyectos del pueblo y en la vida social del mismo.