TERUEL

Los comercios de Calamocha cifran en un 30% las pérdidas por la autovía

Los empresarios instalados en la travesía de la N-234 calculan que, después del verano, cien personas quedarán sin empleo ante el bajón de clientela que ha traído la apertura de la A-23

Los comerciantes y los hosteleros de Calamocha calculan que sus ventas han caído entre un 30% y un 40% desde que el pasado mes de febrero entrara en servicio el último tramo de la autovía Mudéjar -el que une Calamocha y Romanos- dejando sin apenas tráfico la travesía urbana de la carretera Nacional 234 (Sagunto-Burgos).


Según el presidente de la Asociación de Comerciantes de Calamocha, Manuel Meléndez, bares, cafeterías, restaurantes y establecimientos de venta de jamones instalados en la travesía son los que más han notado el bajón, pero la situación repercutirá igualmente en otras industrias ubicadas en distintas zonas de la localidad y dedicadas a otras actividades.


Meléndez explicó que durante el mediodía el descenso de ventas se ha notado, pero en menor medida, pues los viajeros siguen entrando en Calamocha desde la autovía para tomarse un descanso y almorzar. Sin embargo, por la mañana y por la tarde la clientela ha disminuido de forma importante hasta el punto de que en establecimientos hosteleros en los que eran necesarios tres empleados para dar servicio, "ahora es suficiente con uno", indicó.


El gerente de uno de los hoteles de Calamocha, Miguel Ángel Fidalgo, señaló que el colectivo de comerciantes cifra en un centenar el número de trabajadores del sector servicios de la localidad que podrían quedar sin empleo tras el verano, cuando acabe la Exposición Internacional de Zaragoza, que ha supuesto un aumento extraordinario del flujo de viajeros por el corredor Valencia-Teruel-Zaragoza. A su juicio, el movimiento que ha generado la Expo oculta, en parte, el descenso de actividad que ha supuesto la apertura de la autovía.


"En octubre veremos la realidad crudamente. Son cuatro empleados de aquí, dos de allá y otros dos de otro sitio, pero que en total podrían llegar al centenar los que se queden en la calle. Esto es una verdadera reconversión del sector servicios en Calamocha que nos va a obligar a replantearnos el futuro y a adoptar medidas que frenen las pérdidas", manifestó Fidalgo. El empresario criticó, además, a los sindicatos, "que no han movido un dedo ante este problema".


Campaña de promoción


Para que los viajeros vuelvan a elegir Calamocha como lugar en el que hacer un alto en el camino, la Asociación de Comerciantes, con la colaboración del Ayuntamiento, ha puesto en marcha una campaña de publicidad en el País Vasco y la Comunidad Valenciana, lugares de los que proceden buena parte de los viajeros que recalan en la localidad del Jiloca.


Según Manuel Meléndez, "se trata de vender Calamocha como una zona de servicios, pero también de ocio y descanso". En este sentido, comerciantes y Ayuntamiento se han propuesto promocionar el patrimonio arquitectónico y natural de Calamocha, algunos de cuyos ejemplos son el Puente Romano o el parque que hay en la localidad.


Monumento


Otro de los proyectos es colocar un monumento alusivo a Calamocha en una de las rotondas de acceso a la localidad desde la autovía Mudéjar. El objetivo es que el obelisco recuerde a los viajeros la proximidad de Calamocha y actúe de reclamo ante estos. Hay más iniciativas, pero los comerciantes prefieren no desvelar su contenido "hasta ver si es posible desarrollarlas o no", señaló el hostelero Miguel Ángel Fidalgo.


Alrededor del 40% del comercio de Calamocha se encuentra al lado de la travesía de la carretera N-234, por la que hasta hace unos meses llegaban a pasar a diario más de 7.000 vehículos por término medio. Son, principalmente, tiendas en las que se venden jamones y otros productos alimentarios de la zona, talleres mecánicos y establecimientos hoteleros. Los comerciantes calculan que, asimismo, casi la mitad de la población -un 40%- vive del sector servicios.