TERUEL

Protesta vecinal en Aliaga por las trabas administrativas a una central eléctrica

Alrededor de 250 vecinos de Aliaga y poblaciones cercanas se manifestaron ayer tarde en la plaza del Ayuntamiento de dicha localidad para pedir a la administración autonómica que no frene el impulso industrial que ha surgido en el municipio, con una planta de cogeneración eléctrica en funcionamiento y el proyecto de instalación de una empresa de reciclado de gas CO2 junto a la anterior.


El detonante de la protesta ha sido la decisión, conocida hace escasos días, del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (INAGA), dependiente del Gobierno aragonés, de no conceder la Autorización Ambiental Integrada a la planta de cogeneración eléctrica, en la que trabajan 11 personas. A juicio del alcalde, el socialista José López, la negación de este permiso supondrá, a corto o medio plazo, "dar al traste con esa empresa y con la futura industria de recuperación de CO2". "Pedimos al INAGA que reconsidere su posición", añadió.


En la memoria de la población permanece la imagen de prosperidad que tenía Aliaga en los años 60 y 70 del siglo pasado, con una importante central eléctrica en marcha y las minas abiertas. Toto ello se contrapone al declive que llegó después con el cierre de esa térmica y de las explotaciones de carbón y a la progresiva pérdida de población. Del millar de vecinos que había entonces, ahora son poco más de 400.


"Si es necesario, iremos al Pignatelli. Basta ya de palabras bonitas. Cuatro señores no pueden decidir nuestro futuro por nosotros y quitarnos el trabajo", gritó el alcalde desde el balcón de la casa consistorial justo antes de que los aplausos de los manifestantes interrumpieran su discurso.


Los vecinos portaban carteles con el lema "Salvemos la planta de cogeneración de Aliaga". En letra más pequeña, un manifiesto en defensa del desarrollo sostenible de la localidad en el que se afirmaba que los proyectos industriales son compatibles con el turismo y con el medio ambiente.


La negativa del INAGA a conceder la Autorización Ambiental Integrada a la planta de cogeneración eléctrica se apoya en el "severo impacto paisajístico" que causa en el lugar en el que está ubicada, los Estrechos del Guadalope. A su paso por este lugar, muy frágil ecológicamente, el río lleva muy poco caudal.


Por otro lado, la falta de autorización de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) para captar y verter agua, obliga a la empresa a transportar, tanto el agua y el gas necesarios para su funcionamiento como los vertidos que se generan, en cisternas. El INAGA estima que este procedimiento contribuye a la contaminación del ambiente.


Estos mismos problemas ambientales son los que tienen paralizado desde hace años el proyecto de una piscifactoría que iba a generar unos 40 puestos de trabajo y que obtendría la energía eléctrica de la planta de cogeneración que es objeto, ahora, de la polémica.


Pero los vecinos que ayer se manifestaron en la plaza del Ayuntamiento de Aliaga no piensan igual. Una mujer, Mª Dolores Tena, dijo que la planta de cogeneración "no altera el medio ambiente y genera puestos de trabajo vitales para esta localidad". "Estamos cansados de ver cómo nuestros jóvenes se marchan", declaró.


Un hombre, Félix Nebot, que en su juventud trabajó en las minas y en la central térmica, cuestionó que el Guadalope tenga un caudal tan escaso como dice la CHE. "¡Claro que tiene agua, siempre la ha tenido! Lo que hace falta es que no nos quiten lo que tenemos", dijo. Otra vecina, Josefina Royo, recordó que Aliaga "tenía todos los servicios, y aún le quedan bastantes, pero ya peligran. Estamos en una situación delicada".