TERUEL

La autovía registra los mismos accidentes que la vieja N-234, pero la mortalidad cae en picado

La puesta en servicio de los últimos tramos ha logrado reducir de forma notable la gravedad de los siniestros.

La progresiva entrada en servicio en los últimos años de los distintos tramos de la autovía Mudéjar a su paso por la provincia de Teruel ha supuesto una notable disminución del número de fallecidos, heridos graves y leves en accidente de tráfico respecto a las cifras que registraba el corredor cuando todos los vehículos circulaban por la antigua carretera Nacional 234 (Sagunto-Burgos).


Según datos aportados por la Jefatura Provincial de Tráfico de Teruel, entre marzo de 2007 y marzo de este año, con casi toda o toda la autovía ya en marcha, hubo un balance de un muerto, cinco heridos graves y 22 leves. Estas cifras están muy por debajo de las que arrojó la N-234 entre marzo de 1997 y marzo de 1998, cuando aún no se había puesto la primera piedra del eje Somport-Sagunto en la provincia Teruel. Concretamente, la Nacional registró en aquel periodo de hace 10 años ocho muertos, 28 heridos graves y un total de 57 heridos leves.


Adiós a los choques frontales

"Es evidente que al haber dos carriles en cada sentido desaparecen los adelantamientos peligrosos y los choques frontales, que son los de peores consecuencias, y se reduce, por tanto, el número de fallecidos", explicaron fuentes próximas a la construcción, vigilancia y control de la autovía. El mejor trazado y la amplitud de las calzadas ha hecho disminuir, asimismo, el número de accidentes.


De hecho, con la terminación de la autovía han desaparecido en la provincia turolense los Tramos de Concentración de Accidentes (TCA), aquellos que, por distintos motivos y teniendo en cuenta diversas variables, entre ellas el número de vehículos que transitan por la zona, registran una mayor siniestralidad, tal y como queda reflejado en los estudios del Ministerio de Fomento.


Para el personal sanitario del hospital Obispo Polanco de Teruel, al que son trasladados la mayoría de los heridos en accidente de tráfico, la finalización de la autovía Mudéjar abre una nueva etapa en la provincia en cuanto a seguridad vial. "Todos confiamos en que en los próximos años haya todavía menos accidentes y, lógicamente, menos heridos. Esa es nuestra esperanza", afirmó la doctora Pilar Martínez, de la Unidad de Cuidados Intensivos del centro sanitario.


La puesta en marcha del eje de gran capacidad ha reducido la gravedad, pero no la frecuencia de los siniestros. Curiosamente, la cifra de accidentes en la N-234 entre marzo de 1997 y el mismo mes de 1998, y la que arroja la autovía Mudéjar o A-23 desde marzo de 2007 a marzo de este año es muy similar. En el primer caso hubo un total de 117 siniestros y en el segundo, 116.


Probablemente, el mayor tráfico que registra la autovía, haya podido influir en el mantenimiento de las cifras de accidentalidad de hace 10 años. Se estima que la A-23 ha captado una media diaria de 500 camiones y 1.200 turismos, situando en más de 10.000 la cifra de vehículos que pasan cada día por este eje carretero de gran capacidad.


En el caso de la N-234, en el periodo estudiado, enero de 1998 fue el mes con más siniestros, 14 en total, uno de ellos con un fallecido. Le siguieron octubre de 1997, con 12 accidentes, uno de ellos mortal, y marzo de 1998, con otros 12 accidentes en los que hubo tres heridos graves.


Abril de 2007 fue, con diferencia, el mes en el que más accidentes se registraron en la A-23 a su paso por la provincia de Teruel en el último año, si bien solo hubo dos heridos leves. Julio del mismo año, con 12 siniestros, en uno de los cuales se produjo el fallecimiento de una persona, fue otro de los meses más problemáticos para el tráfico de la autovía Mudéjar.


La primera piedra de la autovía en Teruel se colocó a finales de 1998 y el último tramo, el Calamocha-Romanos, fue inaugurado el pasado 21 de febrero.