TERUEL

Plan de choque para evitar el desplome de catorce iglesias del mundo rural

La parroquia de Arcos de las Salinas, declarada Bien de Interés Cultural y catalogada como Monumento Histórico Artístico, lleva cerrada al culto 35 años.

Un total de catorce iglesias serán objeto durante este año de diversas actuaciones de emergencia con las que las instituciones y el Obispado de la Diócesis Teruel-Albarracín pretenden evitar su derrumbe. La mayoría presentan importantes daños en su estructura, algunos tan graves que amenazan con provocar el desplome de los inmuebles. Uno de los templos cuyo estado se encuentra en situación límite es el de Cervera del Rincón. Su tejado se vino abajo por completo hace dos días.

Un convenio suscrito ayer entre el Obispado turolense, la Diputación Provincial e Ibercaja, y que incluye una partida presupuestaria de 266.304 euros, permitirá, según señaló el obispo, José Manuel Lorca, "arreglar las estructuras esenciales de los edificios". La actuación forma parte de una serie de medidas con las que se persigue la consolidación de iglesias en peligro de ruina. El convenio tiene continuación desde 1988.


Este año, se han seleccionado catorce iglesias con el criterio, según agregó Lorca, "de acometer las necesidades más urgentes". Se trata de pequeñas intervenciones, las de mayor cuantía ascienden a 24.000 euros, que si bien no solucionan por completo el problema que padecen los templos, evitan daños de mayores proporciones y sobre todo estabilizan las construcciones.


Tejados hundidos o con enormes boquetes, bóvedas con desconchones, humedades por filtraciones o grietas en muros conforman las patologías más comunes de las iglesias del mundo rural. Los templos han ido sufriendo con el paso del tiempo serios deterioros que la mayoría de las ocasiones no se pueden resolver ante la imposibilidad de los pueblos, muchos de ellos en regresión demográfica, de acometer las inversiones necesarias para subsanarlos.


El Obispado asegura que tampoco dispone de los suficientes recursos para hacer frente al extenso patrimonio religioso de esta provincia, y el director de la Obra Social y Cultural de Ibercaja, Román Alcalá, subrayó la necesidad de que las diferentes instituciones, entre ellas la entidad financiera, atiendan las demandas sociales. "Todos los pueblos son muy sensibles al patrimonio eclesiástico, al que sienten como suyo, y, aunque las inversiones anuales no sean excesivas, son importantes para que las iglesias no terminen por desaparecer".


Partida a partida, se ha conseguido, no obstante, en algunos casos recuperar edificios prácticamente desahuciados, como es la iglesia parroquial de Arcos de las Salinas, un templo cerrado al culto desde hace 35 años, que en el mes de octubre, para las fiestas del Pilar, abrirá de nuevo sus puertas. Ese es al menos el deseo del pueblo y de la Corporación Municipal, quienes llevan varios años siendo objeto del convenio institucional, que ayer formalizó la convocatoria de este año, así como de una serie de fondos que el Ayuntamiento ha obtenido con la colaboración de programas comarcales y de colectas vecinales.


El alcalde de Arcos de las Salinas, José Luis Alvir, señaló que todo el pueblo está ansioso por entrar de nuevo a la iglesia, un edificio barroco del siglo XVIII declarado Bien de Interés Cultural y Monumento Histórico-Artístico. Los vecinos llevan 35 años celebrando sus cultos en la ermita de San Roque, un espacio pequeño en verano, cuando la población se multiplica. Entonces, según dice el alcalde, se ha de recurrir a un pabellón multiusos, "que se comparte con la discomóvil".


En la recuperación de las iglesias del mundo rural han jugado un importante papel los habitantes de los diferentes municipos, que, según explicaba el presidente de la Diputación, Antonio Arrufat, se han implicado "en su conservación estirando el presupuesto". En Arcos se han realizado varias colectas vecinales que han tenido, según el alcalde, una gran respuesta: "Se ha demostrado la gran sensibilidad de muchos. Alguna familia ha proporcionado hasta 3.000 euros para los arreglos de la iglesia".


A pesar de todo, la reforma del templo es tan costosa que se ha tenido que tapiar una de sus dos naves laterales, que quedará, de momento, inutilizada hasta que se disponga de suficientes recursos. Aun así, todavía faltarán 44.000 euros para terminar las obras que se están ejecutando en la actualidad. Alvir señaló que el Ayuntamiento ha pedido ayuda a la DGA y a diversas fundaciones para completar la partida pendiente. "Por poco, no podemos dejar sin terminar las obras. Haremos todo lo que esté en nuestras manos", dijo el primer edil.