Los vecinos de la pedanía alcañizana de Puigmoreno, con su alcalde, Joaquín Alquézar, a la cabeza, bloquearon durante la mañana de ayer -de 9.00 a 13.00- el camino asfaltado que comunica su población y Valmuel -ambas pedanías de Alcañiz- con la N-232. Mediante el corte del tráfico rodado en tres puntos de la vía con tractores, coches y vallas los manifestantes mostraron su enfado ante la negativa de las Cortes de Aragón a que la DGA asuma la transferencia de la propiedad de la pista -cuya titular es la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE)- y su arreglo. La medida se repetirá todas las mañanas mientras el Gobierno de Aragón no cambie su postura, según aseguró el propio Alquézar.

En un principio, la idea de arreglar y ensanchar el camino y de convertirlo en carretera surgió como una propuesta del grupo popular del Ayuntamiento de Alcañiz, donde fue aprobada por mayoría. A continuación, la Diputación Provincial de Teruel (DPT) también la admitió. Por lo que sólo restaba el último trámite en las Cortes de Aragón.

La iniciativa pretendía que, en un primer paso, el Consistorio adquiriera los terrenos necesarios para las obras de mejora de la vía de acceso, la DPT sufragara la redacción del proyecto y la DGA y la CHE corrieran a cargo de los gastos de los trabajos, para que, a continuación, el Gobierno de Aragón asumiera la propiedad de la carretera renovada. El problema ha surgido con la negativa del PSOE y del PAR en las Cortes de Aragón, mientras que en la capital bajoaragonesa y en la DPT estos mismos partidos habían apoyado la propuesta.

De este modo, el deseo de los vecinos de Puigmoreno y Valmuel de que el único camino que les une con la Nacional 232 pudiera ser reformado tras medio siglo no ha podido ser cumplido. "Es curioso que tengamos que estar agradecidos al dictador que nos hizo este camino y enfadados con los políticos de nuestra democracia por no querer mejorarlo", se lamentó Ramón Alquézar, vecino de Puigmoreno.

El tráfico que soporta la vía ha ido aumentando exponencialmente con el paso de los años. No sólo por el mayor número de vehículos propios, sino, sobre todo, por el de camiones y vehículos pesados. "Todos los días circulan alrededor de cincuenta camiones de las obras de la Ciudad del Motor -explicó el primer edil de Puigmoreno- y cada uno hace una media de cuatro viajes. Además superan el tonelaje permitido y transitan a mucha velocidad". Estos condicionantes, unidos a la estrechez de la calzada y el estado del firme, motivan que los turismos deban apartarse a la cuneta para permitir la circulación. "A ver si ahora que impedimos que continúen las obras de la Ciudad del Motor, José Ángel Biel -vicepresidente de la DGA- nos hace más caso", dijo Alquézar.

Los cortes y los ánimos crispados continuarán hoy. "Se ríen de nosotros. Sólo queremos una carretera digna", dijo Juan Sancho, vecino del barrio. "Es una necesidad no un capricho", reivindicó Rogelio Sánchez junto a uno de los tractores que bloqueaban el paso. Hace menos de un año, como medida provisional, se cubrió el firme con una capa de zahorras compactas que ya ha comenzado a levantarse por el paso de los camiones. La reforma presenta graves deficiencias mientras ayer unos operarios pintaban las líneas de la calzada. "Es lamentable que estén pintado los límites cuando ya casi no queda nada de lo que echaron", dijo Sánchez.

El vecindario de Valmuel, pedanía de Alcañiz que se ve afectada por el mismo problema, no se ha manifestado junto a Puigmoreno, pero su alcaldesa, Luisa María Ceperuelo, aseguró: "Este sábado habrá Junta de Vecinos y el domingo o el lunes decidiremos qué hacer. Pero cuentan con nuestro apoyo y, si tenemos que ir a cortar el camino, iremos". Por su parte, la portavoz del PP en Alcañiz, Yolanda Vallés, manifestó que se encuentran a la espera de una explicación de los representantes del PSOE y el PAR en las Cortes aragonesas y que en cuanto se pueda presentarán una propuesta no de ley en el Congreso o el Senado. "Dependiendo de lo que allí se vote, la volveremos a presentar en las Cortes", finalizó.