TRIBUNALES

"Siempre fui una persona de bien, pero aquella mañana los hechos me superaron"

Salvador Latasa, cuyos disparos mataron en 2006 a un hombre e hirieron a otro, lamentó ayer el sufrimiento de las familias.

La última sesión del juicio abierto el pasado lunes contra los dos maestros que en abril de 2006 protagonizaron un tiroteo en la ronda de Ambeles de Teruel que acabó con la vida de José Antonio Polo, de 38 años de edad, e hirió a José Ángel Sánchez, de 27, se vivió ayer en la sala con una considerable carga emocional.


Terminada la exposición de los informes definitivos de todas las partes personadas y al preguntar el presidente de la Audiencia Provincial a los acusados si querían añadir algo más, el principal imputado, Salvador Latasa, cuyos disparos impactaron en las dos víctimas, lamentó el sufrimiento que están soportando las familias.


"Siempre he sido una persona de bien, pero aquella mañana los hechos me superaron. Ojalá me hubiera roto un brazo y no hubiera ido a Teruel. Estoy sufriendo mucho y siento lo que estoy haciendo sufrir a las familias de las víctimas. Creo en la Justicia, y poco más puedo decir", declaró Salvador con voz entrecortada. Ya al comenzar a escuchar estas frases, su esposa se derrumbó moralmente y se abrazó al hijo de ambos, quien, como ella, había estado en la vista desde el principio.


Miguel Ángel Salvador, hermano del anterior y también acusado, si bien no ha podido probarse que alguno de sus disparos lesionara a las víctimas, quiso recordar que apenas dos minutos después de iniciarse el tiroteo, llamó al servicio de emergencias 112 para pedir ayuda. Agregó que, desde el inicio del proceso, ambos han puesto todo su patrimonio a disposición de la Justicia. "Nunca hubo intención de hacer daño, fue algo fortuito", concluyó.


Tampoco fue fácil para los familiares del fallecido. Todos ellos, que habían seguido el juicio casi desde el inicio, decidieron abandonar la sala cuando se proyectó una fotografía sobre la autopsia practicada al cadáver e imágenes en tres dimensiones que reconstruían la trayectoria que debió seguir la bala mortal, al entrarle por el hombro izquierdo y llegar al corazón.


Los acusados se enfrentan a peticiones de pena que van de los ocho a los 31 años de cárcel. Para el Ministerio Fiscal, Salvador cometió un homicidio consumado en la persona de Polo y otro en grado de tentativa respecto de José Ángel Sánchez. Aplicando la eximente incompleta de miedo insuperable y la agravante de abuso de superioridad, solicita para él 16 años de cárcel. Para Miguel Ángel pide ocho por tentativa de homicidio. El fiscal entiende que las dos víctimas, que salían de una noche de fiesta, pronunciaron frases amenazadoras.


El letrado que representa a los padres y hermanos de Polo, Vicente Baeza, entiende que Salvador y Miguel Ángel son coautores de dos delitos de asesinato, uno consumado, el del fallecido, y otro en grado de tentativa, el del herido. Pide 31 años de cárcel para cada uno. El letrado que defiende los intereses de la hija de Polo, Miguel Ángel Lou, estima que hubo un homicidio y un delito de lesiones, mientras que el abogado de Sánchez, Antonio Bueso, reclama 13 años de prisión para cada uno de los imputados.


El abogado de la defensa, Enrique Trebolle, pidió la absolución para los dos acusados. En el caso de Salvador, porque habría actuado en legítima defensa y presa de un miedo insuperable, y en el de Miguel Ángel, porque, a su juicio, no ha podido probarse su participación en los disparos que causaron las lesiones.