CARRETERAS

Aumentan las quejas de los conductores por el problema de seguridad en la A-23 con lluvia

Fomento ha limitado la velocidad máxima a 80 kilómetros por hora en los puntos donde más se acumula el agua.

Los conductores que circulaban ayer por la autovía Mudéjar o A-23 entre Teruel y Sarrión comprobaron en sus propias carnes la incomodidad y la peligrosidad de este tramo de 23 kilómetros en el que, debido a la presencia de un pavimento más compacto de lo habitual, se produce un mal drenaje del agua con peligro de deslizamientos. Aunque desde la Delegación del Gobierno señalan que no se ha detectado un incremento de la accidentalidad, un camionero habitual de la A-23 aseguró que, a pesar de las señales que limitan la velocidad máxima a 80 kilómetros por hora en los puntos más conflictivos, el tramo Teruel-Sarrión "es muy peligroso. Con lluvia, los coches no se tienen sobre la carretera".


Las precipitaciones se produjeron de forma intermitente -en algunos momento de forma copiosa y con granizo- a lo largo de todo el día. Los puntos en los que Fomento ha colocado señales que limitan la velocidad máxima a 80 kilómetros por hora con lluvia contrastaban por su pavimento reluciente -a causa del agua que los empapaba- con el resto de la carretera, con suelo húmedo pero sin encharcamientos. Los indicadores que restringen el límite de velocidad en 40 kilómetros respecto al máximo genérico para una autovía -120 kilómetros por hora- se colocaron a finales de 2007, dos años después de la inauguración de la obra.


Tomás Utrillas, conductor de un camión, pasó ayer por la A-23, como hace diariamente. Explicó que en el trayecto Teruel-Sarrión "hay que aflojar la marcha, porque si no te sales de la carretera. Sobre todo, hay que tener mucho cuidado con el manejo de los frenos". Añade que, personalmente, ha visto "coches que se han salido de la calzada y se han dado golpes". Este veterano camionero se pregunta "¿qué clase de asfalto han puesto ahí para que los vehículos se deslicen, sobre todo los que llevan tracción trasera?".


Otro usuario habitual de la autovía Mudéjar, Miguel Ángel Mezquita, explica que pasando con su furgoneta ha sido testigo de varios siniestros en el entorno de La Puebla de Valverde. De hecho, asegura que "las señales que limitan la velocidad a 80 kilómetros por hora se pusieron después de que hubiera accidentes". A su juicio, el suelo encharcado "da sensación de peligro" y es incómodo por las noches: "El agua del pavimento refleja las luces de los coches y es muy molesto".


Carlos Corella, propietario de un restaurante de la Venta del Aire muy frecuentado por automovilistas que utilizan la A-23, comenta que "los camioneros se quejan de que la carretera no desagua bien y se encharca". El hostelero añade que hace unos meses se produjo una colisión múltiple por problemas de adherencia con la lluvia.


Desde Fomento señalan que los problemas detectados entre Teruel y Sarrión, son más de "molestias e incomodidad" en la conducción por las abundantes salpicaduras que de seguridad. Las pruebas de adherencia realizadas han confirmado que se cumplen los requisitos mínimos con holgura. Una fuente de la Delegación del Gobierno reconoce, no obstante, que limitar la velocidad a 80 kilómetros por hora es una medida de precaución añadida.


IU denunció ante la Subdelegación del Gobierno la peligrosidad de la carretera y reclamó soluciones, pero no ha obtenido ninguna respuesta. El responsable de política municipal de la coalición de izquierdas en la provincia, Gonzalo Ruiz, considera, además, que deberían depurarse responsabilidades por un resultado indeseado de unas obras públicas recién inauguradas. El Ministerio de Fomento prevé a corto plazo aportar una capa de asfalto sobre el pavimento actual que mejorará el drenaje del agua.