María Jesús Garzarán: "Las empresas ven que los equipos mixtos trabajan mejor"

Nacida en Teruel y residente en EE. UU., esta arquitecta de computadores ha vuelto a su tierra como ponente invitada en las Jornadas Sarteco.

María Jesús Garzarán, en la Escuela Politécnica de Teruel.
María Jesús Garzarán, en la Escuela Politécnica de Teruel.
A. G./Bykofoto

Nacida en Teruel e ingeniera informática destacada de Intel en Estados Unidos. ¿Es la prueba de que desde una pequeña capital de provincia también se puede alcanzar el sueño americano?

Sí, pero con mucho esfuerzo. Nadie regala nada, hay que querer trabajar. La curiosidad por aprender es lo que mueve mi vida. Terminé la carrera en Valencia y me fui con una beca Erasmus a Francia, volví a Teruel y di clases en la Universidad. Hice el doctorado en Zaragoza sobre un tema en el que había pocos expertos en España y pensé que así nunca llegaría lejos, así que me fui a Estados Unidos. Estuve tres años yendo y viniendo. Fue complicado.

Cuéntenos a los legos en computadores de qué se ha hablado en las Jornadas Sarteco en Teruel, con 150 de los mejores investigadores del país en la materia y a las que viene usted como ponente invitada.

De cómo construir estas máquinas, hacerlas más rápidas y que consuman menos energía. El computador está en todos lo sitios ahora. En las casas los vamos a tener pronto. Son las llamadas ‘smarthouses’, que ya están en Estados Unidos. Le dices a una máquina que encienda la luz, que ponga música o qué tiempo va a hacer.

¿Cómo mejoran la vida cotidiana?

Ahora trabajo en Intel para dar soporte a los grandes supercomputadores. En estas máquinas se hacen simulaciones para descubrir drogas que ataquen determinados tipos de cáncer o saber en qué punto va a impactar un huracán. Sabemos a diario qué tiempo hará con gran precisión y eso es gracias a los computadores.

El mundo está en sus manos.

¡Ay! No sé. Cuando uno trabaja en esto, no lo ve así. Trabajas en una cosa pequeñita y eso permite que otro haga algo de gran impacto. Tú no lo haces todo.

¿Aconsejaría a los jóvenes que estudien  diseño de computadores?

Sí. En Estados Unidos las facultades están desbordadas de estudiantes y eso es porque hay mucho futuro profesional. Si hay talento, hay trabajo. Yo ahora tengo que contratar gente y no encuentro, sobre todo mujeres. Quiero decir a las chicas interesadas en carreras técnicas o buenas en matemáticas –nunca deben creer a quien les diga que son malas en esa materia– que sigan apostando por esos estudios. Hay pocas mujeres y las están buscando. Las empresas se han dado cuenta de no es bueno tener solo equipos masculinos, que en los equipos mixtos se trabaja mejor.

¿Imprescindible saber inglés?

No debería ser una barrera para lanzarse a ello. Lo van a aprender sí o sí. Me desespera, es cierto, que cuando viene alguien de Suecia y España y comparo el inglés de ambos la diferencia es abismal. La educación española en inglés es mala. En los países nórdicos los niños ven los dibujos animados en inglés. Les educa el oído.

¿Veremos robots con sentimientos o es ciencia ficción?

Por ahora, las computadoras solo pueden hacer lo que el ser humano es capaz de pensar que pueden hacer. Lo bueno de un computador es que tiene una gran capacidad de proceso que el hombre a lo mejor no tiene, pero si no hay un humano con un cerebro bien puesto, el computador no hará nada. Las cosas van a evolucionar tanto y tan rápido que yo no puedo ni pensar, pero lo harán gracias a la inteligencia humana.

¿Sigue desde EE. UU. las reivindicaciones de los turolenses, como la mejora del tren?

Sí, y me preocupa. Es un problema venir a Teruel. Cuesta menos llegar de Chicago a Barcelona que de Barcelona a Teruel. Hago mía la reivindicación.

¿Cómo ha encontrado la ciudad? ¿Ha crecido desde que se fue?

No he perdido nunca el contacto. Crece, pero despacio y veo una población envejecida.

¿Alguna solución?

Teruel debería tener un centro de talento. Que Aragón descentralice y cree aquí un lugar de excelencia que permita a la gente crecer en algo interesante. Donde yo vivo, a 200 kilómetros de Chicago –la ciudad más grande del Estado de Illinois–, está uno de los mejores centros de computación del país y los estudiantes de Chicago vienen allí.

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