Arranca el desembalse de Santolea para preparar el recrecimiento de la presa

La firma del contrato de obras con la empresa adjudicataria está prevista para este mismo mes.

Imagen del embalse de Santolea, cuya agua almacenada permite regar los campos del Bajo Aragón.
Imagen del embalse de Santolea, cuya agua almacenada permite regar los campos del Bajo Aragón.
P. Marqués

Las recientes lluvias y la inmediata puesta en marcha de las obras de recrecimiento de Santolea, cuyo inicio está previsto para este verano, han hecho que este pantano haya comenzado a desembalsar agua. Su caudal está siendo recibido por la presa de Calanda, aguas abajo de Santolea en el curso del Guadalope.

Los trabajos de ampliación del embalse de Santolea fueron el punto central de la última Junta General Ordinaria del Sindicato de Regantes del Guadalope, celebrada hace escasos días en Alcañiz. El Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente anunció en abril la adjudicación de las obras por un importe de 24 millones de euros y la firma del contrato con la empresa elegida, la UTE que integran Vidal Obras y Servicios y Consultora de Riegos, se llevará a cabo este mismo mes de junio. La adjudicataria cuenta con un plazo de 32 meses para realizar la reforma.

El nuevo embalse tendrá una capacidad de 81,7 hectómetros cúbicos que permitirá almacenar, junto con la presa del Puente, ya ejecutada, más del doble del volumen actual o, lo que es lo mismo, un total de 104,84 hectómetros cúbicos.

Con el comienzo de las obras en un horizonte próximo, los regantes del Bajo Aragón miran con expectación hacia la futura temporada. Una vez se inicie la ampliación de Santolea, la cantidad de agua disponible para los campos pasará a la mitad. Cómo afectarán los trabajos a los cultivos de la zona fue una de las cuestiones que se debatieron en la reunión de los regantes pues se esperan dos años complicados.

"Será un tiempo difícil, porque el caudal será menor y eso lo vamos a notar", advierte José Fernando Murria, presidente del Sindicato de Regantes del río Guadalope. "Hay que pensar, no obstante, que quizá para 2021 ya esté todo solucionado", añade.

Murria destaca que el mayor problema para los campos llegará en invierno. Con la gota fría amenazando la climatología, es probable que la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) no deje llenar el embalse de Calanda y eso acabará notándose en los campos cuyo riego depende de esta infraestructura.

"Intentaremos convencer a la CHE para que nos suelte algo de agua, pero no sabemos si dará su brazo a torcer. El embalse de Calanda tiene unas características que no acompañan a grandes crecidas y a esto hay que sumar que el caudal del Bergantes subirá mucho. Así que, veremos lo que ocurre", explica Murria.

Por ahora, las intensas lluvias del mes de mayo, que parece que se prolongarán al menos una semana más en el Bajo Aragón, han servido para salvar la campaña de riego en la cuenca del Guadalope. Si en 2017 la sequía hizo mucho daño a los campos, el 2018 parece haber dado un pequeño respiro a los agricultores del territorio.

"Es verdad que las precipitaciones no han llenado por completo los embalses de la zona, pero nos han mojado los campos y gracias a ello no hemos tenido que regar en exceso", destaca José Fernando Murria. Los frutales han necesitado menos agua que en años anteriores y se ha conseguido salvar la primera cosecha del cereal temprano permitiendo a los agricultores que vayan a por la segunda pese a los bajos precios del cereal.

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