Vaya montón de gente el que acudió el pasado domingo a la manifestación ‘Salvemos Teruel’ por las calles de Zaragoza. ¿Esperaban tal respuesta?

Miles y miles de personas. Yo sería incapaz de decir el número. Fue una respuesta masiva. En Teruel Existe no hacemos previsiones, hacemos planteamientos, entonces... Sí que es cierto, no obstante, que esperábamos un seguimiento importante porque hay muchos turolenses y zaragozanos que comparten reivindicaciones.

¿Qué lectura hace de esta tremenda afluencia?

Una lectura muy positiva. Hemos visto unanimidad en la respuesta de la gente. Fue una movilización a la que se adhirieron todos los agentes sociales, una apuesta en común de toda la provincia, y eso da una fuerza tremenda para seguir luchando. Quiero destacar la solidaridad de sorianos, catalanes y riojanos, que nos acompañaron. No esperábamos tanto.

Y ahora qué esperan que ocurra.

Nosotros seguiremos lo mismo, a la expectativa del desarrollo de las promesas de los gobiernos. El Justicia de Aragón nos ha ayudado muchísimo, que se ha adelantado y va a estudiar la situación de la provincia. Nosotros teníamos pensado hablar con él.

¿Cree que Aragón, Madrid y Europa han tomado nota?

Yo creo que sí. La DGA, seguro, y la Administración Central, también. Y Europa es receptiva, porque se está planteando temas de financiación sobre despoblación. La Unión Europea ha aportado dinero para equilibrar territorios con un índice de desarrollo deficiente y en Teruel esos recursos han servido para aumentar más la separación. Algo tendrá que decir.

¿Qué harán en caso de recibir el silencio por respuesta?

Algo dirán y harán, habrá algo. Las movilizaciones son una medida extrema, llevan trabajo y dedicación. Se hacen con motivos suficientes, pero no pueden ser a diario, son una situación excepcional. Nuestro trabajo ahora será de persona a persona, más en los despachos. Valoraremos la manifestación y plantearemos actuaciones concretas.

¿Se abre una nueva página para la provincia de Teruel?

Sí, esta es una nueva página. Nunca vi una reacción tan potente, solidaria y masiva. Nunca la provincia de Teruel fue tan a la una. En Zaragoza sentimos sensaciones difíciles de explicar. Fue un aldabonazo total para una provincia. Había gente que enarbolaba el cartel con el nombre de un pueblo con el mismo orgullo que si fuera el suyo. Ha nacido un sentimiento de solidaridad.

Hubo una gran implicación de la zona del Bajo Aragón.

Nos sentimos más unidos que nunca en esta provincia. Alcañiz, con sus tambores, la zona minera y de la térmica de Andorra, Alcorisa... El Bajo Aragón estuvo totalmente representado. Hablamos y compartimos porque sus problemas son los mismos que en el sur de la provincia.

¿Un acierto manifestarse en Zaragoza?

Sí, hacía falta ir allí para romper la idea de ‘Zaragón’. Aragón somos todos, tenemos que defendernos todos y si el sur se despuebla, eso no beneficiará a Aragón. En la movilización sentimos el calor de todo Aragón y esa es una sensación que no todo el mundo tenía. La duda se ha disipado totalmente.

El portavoz del Gobierno aragonés, Vicente Guillén, les ha llamado movimiento romántico y regeneracionista que quiere volver a épocas anteriores y ha instado a la provincia a huir del victimismo y el pesimismo.

No voy a contestarle. Ya lo ha hecho la ciudadanía, que ha incendiado las redes sociales con mensajes críticos hacia él. No es cierto que seamos pesimistas. Somos realistas y optimistas. Lo que Guillén debería hacer es, al igual que hizo en su día el presidente de Extremadura, encabezar las protestas para reivindicar un ferrocarril moderno.

El tren, esa gran aspiración de los turolenses...

No puede ser que volver en ‘tamagotchi’ sin incidencias dure tres horas para 190 kilómetros. Han de arreglarse los dos tramos pendientes entre Teruel y Zaragoza. Queremos, como se nos prometió y se publicó en el BOE, un corredor de altas prestaciones, con doble vía electrificada para tráfico mixto.

Otros han llamado la atención sobre el hecho de que hubiera pocos jóvenes en la protesta.

Es una asignatura pendiente. Habría que hacer un estudio de por qué la gente joven, especialmente los universitarios, no se implica de manera más activa en las reivindicaciones. La sociedad está cambiando.

¿Por qué cree que la provincia se desarrolla al ralentí?

Por el aislamiento. Estamos en el centro de varios polos de desarrollo –Madrid, País Vasco, Navarra, Valencia y Cataluña– y como los recursos siempre están con los potentes, hemos ido a la cola a la hora de recibir. Y luego están las políticas de los sucesivos gobiernos de Aragón, que han mirado más al este y al oeste que al sur. Aragón es el ejemplo de lo que no debe ser: una gran cabeza que es Zaragoza, una pierna débil –Huesca– y otra aún más débil que es Teruel.