La Fundación de Albarracín actualiza sus restauraciones de hace veinte años

La institución cultural realiza obras de retejado y de aislamiento térmico y sonoro en la Casa de Santa María.

Cubierta impermeabilizada con vistas al castillo.
Cubierta impermeabilizada con vistas al castillo.
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La Fundación Santa María de Albarracín ha iniciado un proceso de modernización de las primeras infraestructuras que se sometieron a su programa de restauraciones hace ya más de dos décadas. Son edificaciones históricas o casonas solariegas que cambiaron de uso para dar cobijo a los artistas e intelectuales que cada año promueven actividades culturales en la localidad.

En unos casos, el paso del tiempo ha hecho mella en las infraestructuras; en otros, es necesario actualizar las diferentes dependencias que, generalmente, sirven de alojamiento para profesores y alumnos que participan en los numerosos congresos desarrollados en Albarracín.

Una de las primeras construcciones que está siendo objeto de una renovación general es la residencia Casa de Santa María, un edificio del siglo XVIII, en cuya ubicación, en la plaza de la Seo, entre el castillo y la catedral, radica uno de sus principales atractivos.

La casona constituyó el segundo proyecto de restauración acometido en 1998 por la Fundación, después del albergue de la Colecta, un antiguo almacén contiguo a la casa solariega. Entonces no se renovó la cubierta, por haber sido intervenida por la Diócesis de Teruel y Albarracín, en aquella época titular del inmueble, razón por la cual ha llegado a nuestros días con importantes desperfectos que han obligado a llevar a cabo obras de retejado. "La cubierta se encontraba muy deteriorada –aclaró el gerente de la Fundación, Antonio Jiménez–, por lo que era necesaria una actuación de cierta urgencia para evitar problemas mayores".

Además de esta intervención, en la que se han incorporado los nuevos sistemas de impermeabilización, hace veinte años desconocidos, se han modernizado las instalaciones, especialmente en los aseos de las diez habitaciones que alberga. El edificio dispondrá, asimismo, de aislamiento térmico y acústico, elementos constructivos que en aquella época tampoco resultaban muy usuales.

Modelo de intervención

La restauración de la casa de Santa María se convirtió en un prototipo para las intervenciones tanto públicas como privadas que se llevarían a cabo a partir de 1998 en Albarracín. "Fue un modelo de actuación con el que se primaba el respeto por los elementos constructivos y arquitectónicos originales", explicó Antonio Jiménez. El edificio, que se encontraba en un estado de gran deterioro, se convirtió tras su restauración en un confortable alojamiento para profesores.

El gerente sostiene que a partir de esta intervención comenzaron a surgir en Albarracín pequeños establecimientos hoteleros con encanto siguiendo los pasos del modelo de la residencia Casa de Santa María. Una cuidada restauración, con el yeso rojo, la madera y la rejería como principales materiales constructivos, y una decoración detallista, marcarían un antes y un después en la oferta hotelera de esta localidad. Casa Santiago, restaurada por antiguos alumnos de la Escuela Taller de la Fundación, fue el primer alojamiento de estas características.

La recuperación de la Casa de Santa María permitió, además, salvar de la ruina a la que fue la vivienda de la familia Navarro, una de los principales linajes de Albarracín, que sirvió también como albergue para personas desfavorecidas.

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