Un estudio internacional pone al Maestrazgo como ejemplo de deficiente acceso al comercio

Un estudio de las universidades Politécnica de Madrid y de Zaragoza investiga el acceso que tienen los habitantes del Maestrazgo al comercio, tanto de consumo diario como ocasional. Los investigadores han elegido la comarca turolense como ejemplo de área despoblada y mal comunicada. El trabajo forma parte de una investigación impulsada desde los Estados Unidos y Canadá de ámbito mundial sobre el transporte en áreas despobladas.

Aunque la elaboración de las conclusiones sobre el Maestrazgo no ha terminado todavía, algunos resultados son patentes, como la excesiva dependencia del automóvil particular para hacer compras de artículos de adquisición ocasional, la necesidad de las personas mayores –muy numerosas– de recurrir a la ayuda de familiares y vecinos para comprar y la disposición de los encuestados a realizar largos desplazamientos para acceder a una oferta comercial suficiente.

El equipo de investigadores, dirigido por Julio Soria, profesor de Ordenación del Territorio de la Universidad Politécnica de Madrid, ha visitado todas las localidades del Maestrazgo para llevar a cabo en torno a 200 encuestas, la gran mayoría de ellas personales y a pie de calle. En el trabajo de campo también han participado los otros dos redactores del estudio, Aldo Arranz-López y Ricardo Badía-Lázaro.

Soria destacó como dato llamativo que, frente a los desplazamientos de unos pocos minutos para acceder a todo tipo de ofertas comerciales de las ciudades, en el Maestrazgo la población está dispuesta a viajes de una hora y media o más para adquirir ropa u otros artículos de compra esporádica, pero de «primera necesidad». Entre los destinos más habituales por este motivo, figura la ciudad de Castellón.

Los responsables del proyecto internacional contactaron con Soria para investigar sobre una zona despoblada y de difícil accesibilidad, y la elegida fue la comarca del Maestrazgo, considerada por Julio Soria, «un buen ejemplo» en ambos apartados. La investigación quiere conocer por qué medios acceden al comercio los vecinos, cuánto tiempo están dispuestos a desplazarse para hacer las compras y a dónde lo hacen, entre otras cuestiones.

Una segunda fase, todavía pendiente de concretar, se dedicará a proponer soluciones para responder a los problemas detectados y en función de las condiciones sociodemográficas de la zona. Julio Soria señala que, en una primera impresión, una posible respuesta a los problemas es potenciar la compra por internet, pero esta solución choca con la gran «brecha digital» que padece la población más envejecida, precisamente la que presenta mayores problemas de accesibilidad y, proporcionalmente, muy numerosa en la comarca estudiada.

Aún así, el investigador considera que mejorar la penetración y utilización de las nuevas tecnologías de la comunicación entre la población, incluida la más envejecida, debería ser prioritario para facilitar las compras a distancia. El investigador señala que la Administración debería contemplar medidas para responder a los problemas con el objeto de evitar el riesgo de «exclusión social» por falta de acceso a una oferta comercial básica.

El estudio divide los grupos de población entre los bloques de 15 a 35 años, de 35 a 60 y de 60 en adelante, por entender que cada grupo de edad mantiene comportamientos similares en cuanto a las compras. También se han repartido las encuestas entre capas de distinto poder adquisitivo.

Belchite, el siguiente

La investigación se repetirá en el Campo de Belchite (Zaragoza) para conocer cuál es su situación y compararla con el Maestrazgo. Aunque ambas delimitaciones comparten un grave problema de despoblación, su situación geográfica es distinta por la cercanía a Belchite de una gran ciudad como Zaragoza. Soria detecta distintas «dinámicas» comerciales entre la comarca turolense y la zaragozana por el mayor aislamiento de la primera respecto a la oferta.