Descubren 2 moscas de hace 105 millones de años fosilizadas en el ámbar de San Just

El hallazgo, que se suma a los de otros insectos fósiles en los últimos años, confirma la riqueza paleontológica que esconden las montañas de la Cuenca Minera turolense

Imagen a través de microscopio de uno de los ejemplares descubiertos en San Just
Descubren 2 moscas de hace 105 millones de años fosilizadas en el ámbar de San Just
Heraldo.es

Una excavación paleontológica en la Sierra de San Just, en Utrillas, ha permitido descubrir, fosilizados en ámbar, dos ejemplares completos de mosca que vivieron hace 105 millones de años. De menos de dos milímetros de longitud, están muy bien conservados y constituyen una nueva especie –se suma a las cinco ya conocidas– perteneciente a una extraña familia extinta de estos insectos del Jurásico-Cretácico, bautizada como ‘Burmazelmira’.

El hallazgo, que se suma a los de otros varios insectos registrados en los últimos años, confirma, una vez más, la gran riqueza paleontológica que esconden las montañas de la comarca de las Cuencas Mineras de la provincia de Teruel. Ha sido ya publicado en la revista científica internacional ‘Cretaceous Research’ por investigadores de la Universidad Complutense de Madrid, del National Museums Scotland en Edimburgo y del Museo Geominero (IGME).

Uno de los ejemplares de mosca muestra un ácaro parásito adherido por sus piezas bucales a una de las patas. «Contactaron con una emisión de resina cuando la mosca estaba volando, por lo que se puede decir que el ácaro quedó conservado ‘in fraganti’ alimentándose en un raro ejemplo de registro fósil», señala el doctor Enrique Peñalver, uno de los coautores de la publicación científica, según una nota emitida por la Fundación Dinópolis, entidad que colaboró activamente durante la campaña de excavación que proporcionó los dos ejemplares hallados.

Los investigadores destacan que la conservación en el ámbar de San Just es tan «excepcional» que incluso los músculos de esa pata de la mosca en la que se encuentra adherido el ácaro se pueden observar por transparencia al microscopio.

Otro de los autores del estudio, el profesor Antonio Arillo, indica que, a juzgar por sus antenas, las dos moscas fosilizadas descubiertas son un interesante ejemplo de evolución intermedia dentro del grupo. Hace más de 50 años se encontró un fósil de mosca en rocas del Jurásico de Kazajistán que se clasificó en una familia nueva llamada ‘Archizelmiridae’. Ya en 2003 apareció en la República de la Unión de Myanmar un nuevo tipo, ‘Burmazelmira aristica’, con unas antenas cuya base era en forma de copa invertida y el extremo en forma alargada, muy distintas a las de los demás integrantes de la familia, que tenían antenas con segmentos cilíndricos.

Las antenas de la nueva mosca hallada en San Just estarían entre una fase más primitiva y otra más moderna, pues la copa basal ya se ha formado y el extremo es alargado, pero en medio aún hay presentes algunos segmentos cilíndricos.


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