Trato justo para Teruel

Las continuas demoras en la construcción de dos hospitales están multiplicando la indignación de la provincia de Teruel. Ya se plantea incluso una gran protesta social. Las carencias de equipamientos sanitarios, de medios y también de personal resultan injustas e injustificables.

No puede sorprender a nadie la creciente indignación de los ciudadanos de Teruel con la situación de los servicios sanitarios. Tanto las obras del hospital de Alcañiz como las del que tiene que construirse en la capital de la provincia están paralizadas, a pesar de que ambos proyectos fueron anunciados en el año 2005 por el entonces presidente de la DGA, Marcelino Iglesias. Mucho ha llovido desde entonces, pero estas instalaciones sanitarias no tienen todavía ni los cimientos. Además, ya han tenido un alto coste para las arcas públicas: en 1980 hubo que indemnizar con 120 millones de pesetas a la empresa que iba a hacer el nuevo hospital de Teruel en la zona de Dinópolis por romper el contrato con ella y lo mismo ocurrió en 2012 con el proyecto del Planizar. Ahora, a no ser que la DGA gane el recurso, habrá que pagar a la adjudicataria 3,3 millones de euros antes de ver un ladrillo puesto. Y en el caso de Alcañiz, el consejero Celaya ya ha hablado también de la posibilidad de rescindir el contrato a la empresa constructora.

Con toda razón, los turolenses protestan por los largos viajes para recibir tratamiento, la falta de médicos especialistas, las listas de espera, el grave deterioro y la falta de espacio y de medios en los hospitales Obispo Polanco y Comarcal de Alcañiz. Se requieren medidas urgentes por parte del Gobierno de Aragón, así como un plan para garantizar el derecho de todos a la sanidad.