Teruel se llenó de enamorados de todo el país que celebraron sus bodas de oro y plata

Decenas de parejas de distintos puntos del país pasean su amor este fin de semana por las calles de la capital turolense para celebrar, de la mano del Centro de Iniciativas Turísticas de Teruel (CITT), sus bodas de oro y plata. Son en total 79 matrimonios –cifra récord de participación– venidos de prácticamente todas las comunidades autónomas, que este sábado han recibido la medalla de los Amantes y han sido agasajados por las principales instituciones de la ciudad con el objetivo de hacer de Teruel la capital de los enamorados.

Por la mañana, en un salón de plenos del Ayuntamiento engalanado para la ocasión, fue el turno del homenaje a personajes distinguidos y empresas. Mientras el exbaloncestista Fernando Romay y el complejo hostelero conocido como El Milagro recibieron la medalla de plata, el grupo Térvalis obtuvo la de oro. La alcaldesa, Emma Buj, agradeció a todos ellos su labor en beneficio de la sociedad y les dio la bienvenida a una ciudad "cuyas gentes llevamos en el ADN la historia de los Amantes de Teruel".

Por su parte, el presidente del CITT, Antonio Santaisabel, alabó el esfuerzo de los dos grupos empresariales premiados por convertirse en antídotos para el desempleo y, por tanto, para el grave problema de la despoblación que sufre la provincia. "Vuestra apuesta es muy importante", manifestó.

Con sus 2,13 metros de altura y la gran simpatía que le caracteriza, todas las miradas estuvieron puestas en Romay, quien posó feliz junto a todo aquel que quiso fotografiarse con él. Medallista olímpico en 1984, recordó que pese a haber transcurrido más de 30 años desde aquel triunfo en los juegos de Los Ángeles, todavía sigue teniendo "mariposas en el estómago por ganar cosas y seguir aprendiendo". Afirmó haber visto en la mirada de los turolenses "mucha humanidad" hasta el punto de que "dan ganas de no irse nunca de aquí".

Tierra de oportunidades

Con 1.500 empleados y presencia en 70 países del mundo, la multinacional Térvalis fue premiada por sus 50 años de trayectoria en Teruel. Camino Ibarz, directora de Comunicación y Relaciones Institucionales del grupo, destacó que la familia Martín, creadora de la empresa desde la localidad de Cedrillas, "siempre vio en Teruel un territorio de oportunidades".

Los socios de El Milagro, Pedro y Begoña Tortajada y Fernando Cánovas, confesaron su "emoción" por el reconocimiento tras 25 años "luchando a diario por el trabajo y por esta ciudad". Los dueños del restaurante, en el que se han celebrado cientos de bodas, bautizos y comuniones, dedicaron el galardón a sus empleados.

El gran volumen de matrimonios homenajeados obligó a cambiar el claustro del Obispado por el Cine Marín como escenario para la entrega de medallas de los Amantes por la tarde. En esta edición se concedió también una medalla internacional –la segunda en la historia de esta celebración– que recayó en el matrimonio de Huesca afincado en Toulouse (Francia) formado por Fernando Lanuza y Adoración Hernández, que cumplen 50 años de casados. "Echamos de menos España", confesaron. Fernando agradeció la distinción y dijo haber apreciado en Teruel "mucho auge".

"Hay que quererse mucho y respetarse siempre para estar juntos medio siglo"

Fue un 26 de julio de 1967 cuando Emerenciana y Pilar Pescador, dos hermanas nacidas en Castejón de Tornos, se casaron con sus respectivos esposos, Marcelo Martín y Francisco González, en la iglesia de San Eugenio del barrio zaragozano de Torrero. Una celebración por partida doble que aún ayer, poco antes de recibir la medalla de oro de los Amantes, recordaban con nitidez. "Hacía mucho calor y las madres no sabían que hacer con los chiquillos;parecía México", rememora Francisco.

Los dos matrimonios siguen juntos medio siglo después. "Solo hemos tenido pequeñas crisis, ahora bien, porque yo me he callado", dice Marcelo sin perder el humor. "Pero siempre hemos dormido juntos", subraya. Él y su esposa, ahora orgullosos abuelos de 5 nietos, cuentan felices que se conocieron un día en una cafetería de Zaragoza y ya no se separaron.

Lo de Pilar y Francisco también fue un "flechazo total". El trabajo les llevó de Zaragoza a Aranda del Duero y a Valladolid, donde viven ahora. Aseguran que, al no tener familiares cerca, se apoyaron entre ellos mucho más y, a la postre, su amor se vio reforzado. "Hay que quererse mucho y respetarse siempre para permanecer juntos 50 años después", aconseja él. "Nadie somos perfectos, pero hay que llevarse bien", prosigue ella. Ambas parejas dicen estar viviendo en Teruel este fin de semana una segunda luna de miel. "Nos agasajan todos. Al llegar a la habitación del hotel, había cava y un corazón dibujado con pétalos encima de la cama", cuentan.