Arranca la rehabilitación del asilo de San Julián, el proyecto más ambicioso de la legislatura

Las obras costarán 6,9 millones de euros y se prolongarán 18 meses, si no hay imprevistos. El Ayuntamiento compró el edificio en 2002 y ha tardado 15 años en afrontar su recuperación.

Las máquinas trabajan en la limpieza del patio trasero del asilo y en la retirada de la vegetación.
Las máquinas trabajan en la limpieza del patio trasero del asilo y en la retirada de la vegetación.
Heraldo

Las máquinas han empezado a trabajar en la rehabilitación del asilo de San Julián de Teruel, la obra más ambiciosa de las acometidas con la presente Corporación municipal. La intervención, que transformará un edificio monumental pero ruinoso en conservatorio y centro social de barrio, costará 6,9 millones de euros y se llevará a cabo en 18 meses, si no hay imprevistos.

El recurso presentado por las empresas que avalaban una de las 14 ofertas que optaban a la ejecución del proyecto, Dragados S. A. y Mariano López Navarro S. A. U., retrasó el inicio. Tras la desestimación de la alegación, la obra acaba de arrancar con la eliminación de la maleza y los árboles que han crecido en el entorno del inmueble tras décadas de abandono.

La unión temporal de empresas adjudicataria, formada por Contratas Vilor y Electrotecnia Monrabal, también ha montado las casetas de obra y ha retirado escombros de la zona posterior del antiguo asilo, un edificio proyectado, parcialmente, por Pablo Monguió, el principal arquitecto del modernismo turolense. El Ayuntamiento compró el inmueble a una congregación religiosa en 2002 por 600.000 euros pero, después de 30 años cerrado, su estado de conservación es pésimo.

Los trabajos de rehabilitación cuentan con financiación del Fondo de Inversiones (Fite) correspondiente a varias anualidades, pero quedan por cubrir 4 millones de euros que el Ayuntamiento ha solicitado al Fite de 2017, pendiente de asignación. La alcaldesa, Emma Buj, explicó que la inclusión de esta partida en el Fondo de la presente anualidad aseguraría el pago de una obra que ya está en ejecución. Buj aclaró que la mejora de la situación financiera del Consistorio le permitiría recurrir a créditos para inversiones, pero recordó que la competencia en cuanto al conservatorio –actualmente disperso en varios edificios de la Ciudad Escolar– es del Gobierno aragonés.

Emma Buj advirtió de que la obra, de gran envergadura y a ejecutar en un edificio antiguo, será complicada y no descartó que surjan dificultades que alarguen la ejecución más allá del año y medio previstos en la contratación. Buj consideró, no obstante, que el principio de las obras evidencia que el proyecto, "del que se viene hablando desde 2000", es imparable, aunque "no estará exento de problemas".

El edificio resultante dispondrá de casi 6.000 metros cuadrados construidos y se dividirá en dos alas: una para el conservatorio, más voluminosa, y otra para el centro social. Entre ambas se levantará un auditorio aprovechando el espacio de la actual capilla. La rehabilitación conservará las fachadas modernistas, el principal valor patrimonial.

La alcaldesa se mostró convencida de que la reconversión del antiguo geriátrico en un conservatorio y un centro social supondrá un "revulsivo" para el barrio de San Julián al dinamizar su comercio y su hostelería y revalorizar el parque inmobiliario.Emma Buj recalcó el compromiso del equipo de gobierno, del PP, con esta obra, "una de las que hacen ciudad". Auguró que el resultado será "el mejor" conservatorio de Aragón.

El presidente de la Asociación de Vecinos de San Julián –muy combativa en favor de la rehabilitación del asilo–, José Polo, manifestó su "satisfacción" por el inicio de unos trabajos, que acaban con la "incredulidad" del vecindario respecto a la ejecución de un proyecto que empezó a gestarse hace 15 años. Polo añadió que "ha habido tantos palos en las ruedas de esta obra que el escepticismo era generalizado entre los vecinos".

El dirigente vecinal advirtió de que, una vez que la ejecución de la reforma está "encarrilada", habrá que diseñar la fórmula para gestionar el centro social y "llenarlo de actividad".

La rehabilitación ha superado una carrera de obstáculos desde la adquisición del asilo por el Ayuntamiento en 2002 a las Hermanas de los Ancianos Desamparados. El proyecto, redactado por la arquitecta Taciana Laredo, tropezó con los reparos de la Comisión Provincial del Patrimonio y de la Consejería de Educación, que obligaron a sucesivas modificaciones. También la financiación ha sido dificultosa y no está totalmente cerrada. El último tropiezo fue la adaptación de la estructura al riesgo sísmico, recientemente revisado al alza en la ciudad.

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