La boda de Isabel de Segura abarrota el centro de Teruel

Empieza un fin de semana multitudinario con 16.000 personas vestidas de época. El pregonero, Miguel Ángel Lamata, afirmó que solo el amor imposible pervive.

Pedro de Azagra e Isabel de Segura, tras la escenificación de la boda ante la Catedral.
Pedro de Azagra e Isabel de Segura, tras la escenificación de la boda ante la Catedral.
Antonio García/Bykfoto

La escenificación de la boda de conveniencia entre Pedro de Azagra e Isabel de Segura llenó ayer las calles de Teruel de público. El primer acto multitudinario de la recreación teatral de la leyenda de los Amantes evidenció la pujanza y el creciente tirón popular de las Bodas de Isabel cuando acaban de celebrar su vigésimo cumpleaños. La expectación alcanzará hoy su momento culminante con la muerte de Diego de Marcilla en la plaza del Torico. Durante los tres días de la celebración, 16.000 personas se vestirán a la usanza del siglo XIII, el momento en que la tradición sitúa la trágica historia de amor imposible de Diego e Isabel.


El primer acto de la tragedia, el enlace matrimonial del poderoso Pedro de Azagra –papel interpretado por Ángel Fuertes– y la hija de una familia pudiente, Isabel de Segura –encarnada por Sarabel Delgado–, llenó de espectadores las calles del recorrido nupcial. La comitiva matrimonial incluyó músicos, guerreros, religiosos e invitados y se cerró con los novios montados a caballo. La ceremonia, oficiada en el atrio de la catedral, mezcló las convenciones propias de una boda con las notas exóticas. Un halcón voló desde la Casa Consistorial al atrio catedralicio para entregar los anillos de boda a Pedro de Azagra, que, entre otros regalos, obsequió a Isabel con un cachorro de ocelote, un felino oriundo de América. Tras la representación religiosa, un grupo de titiriteros procedente de Languedoc divirtió al público con sus cómicas advertencias sobre los siete pecados capitales aplicados al matrimonio.


Sarabel Delgado, que retomó el papel de Isabel de Segura diez años después de haberlo interpretado por primera vez, dijo que la experiencia de ayer fue como "volver una década atrás en el tiempo". La intérprete afirmó que la escena de la boda es una de las que más han "evolucionado" desde que la protagonizó en 2006. La experiencia y los consejos de los directores teatrales sirvieron para que su papel en las Bodas de 2016 pasara "en un suspiro".


El inicio oficial de los festejos estuvo protagonizado por el cineasta Miguel Ángel Lamata, que leyó el pregón desde el balcón del Museo Provincial. Lamata se declaró "enamorado" de Teruel tras haber rodado aquí escenas de la película ‘Nuestros amantes’. Definió sus sentimientos hacia la ciudad como "un amor a primera vista". El pregonero vinculó la pervivencia por encima de los siglos del amor entre Isabel de Segura y Diego de Marcilla a su carácter trágico. "Las dificultades son las que hacen grande una historia de amor", señaló. En su discurso, mezcló los toques humorísticos con la exaltación de la leyenda de los Amantes, un amor "imposible" del siglo XIII que hoy podría haberse quedado perfectamente en unos simples "amigos con derecho a roce de Teruel".

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