"Ha sido un desastre por no haber pantano"

"Se ha inundado todo y ya es la segunda vez que ocurre esto en lo que llevamos de año". Los campos de Aurelio Alcarra, un vecino de Villalba Baja, amanecieron este sábado anegados por la crecida del Alfambra, que este fin de semana alcanzó casi 80 metros cúbicos por segundo tras dos días lloviendo en la zona.

"El agua se ha metido por todo y ha destrozado cultivos de cereal y dañado campos que estaban preparados para la siembra", dice. "Ahora todo serán pérdidas, porque los campos se habrán desnivelado y quedaran llenos de arrastres que habrá que quitar", añade.

Este agricultor culpa de la situación al abandono, hace ya años, del proyecto de construcción del pantano de Los Alcamines en la cabecera del río Alfambra, "que habría regulado esta crecida". El embalse es una histórica reivindicación de la población ribereña del Alfambra, pero aunque los estudios y la tramitación echaron a andar, no llegaron a término y el pantano se quedó en un simple proyecto.

"Con el embalse, no hubiera habido esta catástrofe", sostiene. "Ahora habrá daños y gordos", agrega. Según explica Alcarra, otro problema se suma a la ausencia de un pantano regulador de las crecidas, como es la colmatación del cauce del Alfambra.

"El fondo del río está sucio, lleno de barro y sedimentos, y no evacúa bien el agua cuando llueve con fuerza", asegura. "Es hora de que la Confederación del Júcar realice labores de limpieza en serio, porque así no podemos seguir", reclama este agricultor.

A Aurelio Alcarra se le han inundado 15 hectáreas. El río ya se desbordó momentáneamente el pasado verano a raíz de una fuerte tormenta.

"Aquí viven niños y ancianos; no podemos seguir aislados"

La indignación invade a los treinta vecinos del barrio Los Ramones de Olba, que permanecen incomunicados desde que el viernes por la tarde la crecida del río Mijares inundara el único paso para coches que les une al resto del pueblo. Se trata de un vado fluvial que queda impracticable al menor aumento del caudal del río, por lo que los afectados reclaman una solución.

Aunque existe cerca del vado un paso para cruzar el río a pie, este también ha quedado anegado por las aguas mientras que la pista de tierra alternativa que discurre alejada del río ha resultado muy dañada por el temporal, con desprendimientos de piedras, arrastre de tierras y caída de vegetación.

"Seguimos aislados y esto es algo muy vergonzoso, porque aquí viven niños y ancianos e incluso una persona que va en silla de ruedas", protesta Sonia Martínez, una de las vecinas de Los Ramones. Acostumbrados a quedar incomunicados en cuanto crece el río –ocurre de seis a siete veces al año–, los habitantes de Los Ramones tienen siempre alimentos de sobra en sus neveras. Sin embargo, se resisten a que esta situación se repita indefinidamente y reclaman que se construya un puente que permita ir del barrio al pueblo aunque el Mijares lleve más caudal de lo habitual.

Sin ir al trabajo

"Hay gente que no pudo ir a trabajar el viernes y niños que se quedaron sin colegio", destaca Sonia. "Y tenemos dos personas de más de 80 años y otra de 90 años, que pueden atravesar un momento delicado repentinamente", agrega. "Ha llegado el momento de que alguien tome cartas en el asunto antes de que ocurra una desgracia por no poder evacuar a alguien en situación de emergencia", explica.

En el barrio trabaja una panadera, Gloria Jordán, que abastece de pan a cinco pueblos de la zona y que, al estar cortado el paso del río, no ha podido vender su producción. "Estos días están siendo ruinosos para mí", destaca.

Tras lo ocurrido a raíz del temporal, los vecinos de Los Ramones se han movilizado y han decidido presentar ante la Guardia Civil un documento oficial en el que explican su arriesgada situación.