Monreal entierra la sardina y con ella a las fiestas

La localidad celebró este miércoles su último día festivo, después de un chupinazo multitudinario.

El chupinazo y pregón de inicio de fiestas, que se celebró el sábado, reunió a multitud de monrealenses en la plaza.
Monreal entierra la sardina y con ella a las fiestas
B.Tortajada

El pasado sábado, los habitantes de Monreal daban la bienvenida a los días más esperados del año con un chupinazo muy especial y multitudinario. Por la mañana, los más pequeños recibieron por primera vez su cachirulo de manos del alcalde, Carlos Redón, para introducirlos oficialmente en las fiestas de su pueblo. Después de que los cabezudos recorrieran las calles del municipio y los niños y niñas saltaran en los hinchables, llegó el turno del chupinazo.

El pregón, ante la atenta mirada de los vecinos, lo ofreció Concha Hernández, periodista e hija de Monreal del Campo, al que siempre lleva por bandera. Antes de la actuación estelar de la orquesta F&F Boulevard, el Dúo Armonía hizo bailar a todo el patio de las Beltranas. Ese primer día de fiestas tan esperado finalizó con los más jóvenes, que se fueron de madrugada a la plaza de toros con paso de charanga, donde más de un valiente toreó a las vaquillas. En cuanto al domingo, las peñas organizaron el VIII Campeonato Regional de Tiro de Pita de Oliva Aragonesa.

Pero lo bueno siempre llega a su fin y Monreal del Campo despidió este miércoles sus fiestas patronales en honor de la Virgen de la Natividad con multitud de actos programados para todos los públicos. Los primeros protagonistas de la jornada fueron los más pequeños con un parque infantil dedicado a ellos y la despedida a sus queridos cabezudos: el Baturro y la Baturra, el Diablo, la Bruja, el Quinto y el Payaso.

Después de los juegos y de la triste despedida a los grandullones, llegó el turno del tradicional toro ensogado por el patio de las Beltranas y el Grand Prix en la plaza de toros, donde las peñas del municipio compitieron entre risas por el triunfo.

Una de esas agrupaciones festivas tan importantes para la localidad, Los Ternes, celebró su XX aniversario con una fiesta ‘lolailo’ en su local donde ofrecieron bebida, merienda y regalos, tras realizar diversos juegos. Después de tantos días y multitud de actos programados, a los monrealenses todavía les quedaba energía para mover las caderas a golpe de tambor con la batucada ‘La Trapala’ que se celebró en la plaza de España a las 19.30.

Cuando llegó la media noche, los habitantes de la localidad alzaron la vista para no perderse el gran castillo de fuegos artificiales que iluminó el cielo de la comarca del Jiloca. Después, los vecinos bailaron sin descanso con la discomóvil y su DJ Lagarto hasta que amaneció y enterraron la sardina, un acto donde todos los vecinos encienden una vela y queman una gran escultura de cartón para simbolizar el final de las fiestas.

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