Más de 60 pilotos llegados de diversos puntos de España y del extranjero participaron hace escasos días en la concentración de aeronaves de Torremocha del Jiloca, la más numerosa y madrugadora del calendario nacional y que este año ha alcanzado su XIII edición.

El aeroclub con más participantes fue el de Viseu, de Portugal, con 16 pilotos y 8 aeronaves, seguido del de Casarrubios del Monte, en Toledo -uno de los aeródromos con más pilotos y aeronaves de España- y el de Valle Amblés, en Ávila. Otros llegaron desde la localidad lusa de Cascais, Benejama (Alicante), Villamarco (León), Olocau (Castellón), Requena (Valencia) o Villanueva de Gállego (Zaragoza).

Las avionetas llegaron al aeródromo turolense a lo largo de la mañana del sábado 27 de enero. Los pilotos se trasladaron después al circuito de karting donde tomaron parte en la ya clásica carrera de karts, de la que en esta ocasión quedaron vencedores José Antonio Berrón, de Torremocha; Ángel Portilla, de la localidad toledana de Casarrubios del Monte, y Gabriel Rodríguez, de Zaragoza.

Posteriormente se visionaron los cortos presentados a la tercera edición del 'Wingsfestival', un certamen de vídeos dedicados a la temática de vuelo en todas sus modalidades: avionetas, ultraligeros, planeadores, paramotores o drones, entre otros. Los ganadores fueron 'David y Goliat en el Aneto', de Gorka Elduayen, y 'Mountain and Cloud, de Marcos González.

Los premios se entregaron por la noche, tras una cena en torno a una hoguera que contó con la actuación musical de 'Los Gaiteros del Jiloca', de Monreal del Campo. Tanto el evento aeronáutico como el festival de cortos cuentan con el patrocinio de la Federación Aragonesa de Deportes Aéreos y la DGA. Además, la Diputación de Teruel colabora aportando artículos de reclamo y guías turísticas para dar a conocer los recursos de la provincia turolense entre los participantes. El domingo por la mañana, se contó con la presencia de varios miembros del Club de coches clásicos de Teruel. El aeródromo de esta pequeña localidad turolense, con apenas 100 vecinos, se ha convertido en referente y punto de encuentro para los aficionados a pilotar avionetas.