Veinte personas fueron desalojadas ayer de masías, como medida de precaución, al declararse un incendio forestal en la zona del embalse de Pena, en el término municipal de Valderrobres. Los afectados –dos familias y gerentes de viviendas de turismo rural– buscaron alojamiento en casas de amigos y familiares.

El fuego se inició sobre las 18.30 y a última hora de este viernes había quemado entre 8 y 10 hectáreas de arbolado, según informó el alcalde de Valderrobres, Carlos Boné, quien se mostró muy preocupado por el avance de las llamas, "sin control y avivadas por el viento".

El incendio tiene dos focos separados por un kilómetro y medio y afecta a un paraje natural de gran valor paisajístico y medioambiental. Un amplio despliegue de efectivos trataba ayer tarde de frenar el fuego, que se extiende por una zona escarpada de difícil acceso. Hasta allí se desplazaron una cuadrilla helitransportada con base en Alcorisa, tres camiones de bomberos del parque de Alcañiz de la Diputación Provincial de Teruel, tres equipos de APN (Agentes de Protección de la Naturaleza) del Bajo Aragón, un camión de bomberos de Valderrobres y otros tres equipos terrestres procedentes de Cataluña, además de un vehículo todoterreno con una cuadrilla del Ayuntamiento de Valderrobres.

El fuego se sitúa entre la carretera de Fuentespalda y el embalse de Pena y, ante la dificultad de su extinción, a última hora seguían sumándose al operativo nuevos efectivos. Boné explicó que se había activado la Unidad Militar de Emergencias (UME), si bien consideró que los medios propios del Gobierno aragonés "son muy escasos". "El bosque es un polvorín a causa de la sequía, todo el mundo lo sabe, y solo hay una cuadrilla de extinción para todo Aragón; esto es una barbaridad", criticó.

Boné lamentó que "si el fuego continúa, esto será un desastre natural". Y reclamó más efectivos para sofocar las llamas.