El pueblo en el que nunca pasa nada también se desmelena

El disparo del chupinazo marcó el inicio de un programa que tendrá en el baile del Reinao su ingrediente más genuino.

Vecinos y veraneantes asisten expectantes al lanzamiento del chupinazo desde el Ayuntamiento.
Vecinos y veraneantes asisten expectantes al lanzamiento del chupinazo desde el Ayuntamiento.
Heraldo

El disparo del chupinazo marcó a las 20.00 de ayer el inicio de las fiestas patronales de Miravete de la Sierra, la pequeña localidad del Maestrazgo que en 2008 saltó a la fama gracias a la famosa campaña ‘El pueblo en el que nunca pasa nada’. Los festejos se prolongarán hasta el 15 de agosto, cuando el intenso programa se cerrará con un brindis en el club.

Uno de los actos centrales de las fiestas y, probablemente, el más genuino del pueblo será el que tendrá lugar mañana, sábado, el baile del Reinao. Esta danza, original de Miravete, empieza con un desfile de un grupo de mujeres vestidas de joteras por las calles del pueblo encabezadas por dos matrimonios denominados ‘clavarios’. La ronda, que avanza al ritmo que marcan la dulzaina y el tambor, desembocará en la plaza, donde las bailadoras forman un círculo y danzan con sus parejas.

El baile, que se remonta al siglo XIX, desapareció en los años cincuenta del siglo XX, coincidiendo con la intensificación de la emigración rural a las zonas industriales. Pero la costumbre se recuperó, tras un trabajo de investigación, en 1999 y ha perdurado hasta hoy. El día 12 de agosto volverá a interpretarse por las monumentales calles de la localidad.

En la presente edición se ha caído del programa el espectáculo taurino, pero el alcalde, José Listo, confió en que este apartado festivo se recupere en los próximos años. La organización de las fiestas corre a cargo de una comisión formada por veraneantes ya que los residentes habituales son, en su mayoría, jubilados.

Durante los próximos días, la localidad, con 28 residentes censados –el número de habitantes permanentes es mucho menor–, recupera la animación callejera y el bullicio de sus años de esplendor. La programación festiva incluye juegos de mesa y tradicionales, actividades deportivas, música folclórica y bailes con orquesta.

A juicio de Listo, a pesar de los vientos de recuperación económica que corren por el país la afluencia de visitantes y de emigrados de Miravete que regresan en verano y para las fiestas patronales ha sido menor en 2017 que en años anteriores. En su opinión, las personas que nacieron en el pueblo se hacen mayores y dejan de volver y su hueco no tiene relevo generacional.

José Listo reconoció que acontecimientos o campañas que dieron protagonismo mediático a Miravete de la Sierra, como la iniciativa ‘Salvemos Teruel’ de 1997 y, sobre todo, el experimento publicitario ‘El pueblo en el que nunca pasa nada’, tuvieron un gran impacto en su día pero su efecto se ha "apagado" con el paso del tiempo y, a efectos prácticos, "no queda nada".

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión