Olba rinde homenaje al centenar de obreros muertos por silicosis al perforar un túnel en 1951

Los trabajadores perecieron al construir sin protección un canal que deriva aguas a una central en Castellón.

Dos supervivientes de la construcción del túnel observan al alcalde descubrir la placa conmemorativa.
Olba rinde homenaje al centenar de obreros muertos por silicosis al perforar un túnel en 1951
j. e.

Olba rindió ayer homenaje al centenar de vecinos del pueblo y de otras localidades cercanas que murieron por la silicosis contraída en las décadas de los cuarenta y cincuenta del siglo XX durante la construcción de un túnel que deriva aguas del río Mijares a la central hidroeléctrica de Los Cantos (Castellón). El acto en recuerdo de la tragedia ocurrida hace más de medio siglo contó con la presencia de dos supervivientes de la obra: Enrique Pérez, de 88 años; y Agustín Ibáñez, de 98. Los dos relataron cómo sus compañeros de tajo enfermaron al poco tiempo de enganchar y murieron al cabo de los años de insuficiencia respiratoria sin que la empresa ni la Administración asumieran ninguna responsabilidad ni indemnizaran a las familias.

El acto recordó "una tragedia ocurrida en un contexto histórico de impunidad legal y desprotección social". El alcalde, Federico Martín, definió así la oleada de fallecimientos que conmocionó al valle del Mijares como consecuencia de la perforación del túnel de Los Cantos. Los dos ancianos supervivientes descubrieron, emocionados, una placa de cerámica en recuerdo "de los muertos en la construcción del canal" de la central hidroeléctrica, que fueron "víctimas de impunidad y la injusticia". La rondalla Alegría de Olba interpretó unas jotas alusivas a aquella desgracia.

También asistieron al homenaje varios hijos de trabajadores fallecidos, que contaron como vieron a sus padres languidecer en largas enfermedades que les mantuvieron postrados en la cama. Fernando Villanueva, del barrio de Los Lucas, recordó a su progenitor "siempre enfermo" hasta que, en 1971, murió con 51 años. Explicó que su padre "se cansaba una barbaridad con cualquier movimiento que hacía. No podía ni subir escaleras ni andar. Para ir a la barbería, tenia que llevarlo yo subido en un burro".

La empresa que llevó a cabo la perforación no proporcionó a sus obreros ni mascarillas ni ninguna otra protección contra el polvo que genera la silicosis, pero era consciente del riesgo que existía. Fernando Villanueva cuenta que su padre le relató que "los encargados entraban en el túnel provistos de mascarilla, porque sabían que había peligro de contraer la enfermedad". Tras la muerte del padre, la viuda tuvo que recurrir a los tribunales para conseguir una mísera pensión.

Rafael Pastor tenía 4 años cuando su padre murió en 1964 con 41 años. "Siempre lo recuerdo enfermo en la cama", señaló. Al año siguiente del fallecimiento, la viuda y los hijos tuvieron que emigrar a Barcelona "para buscarse la vida". "Se puede decir que la obra del túnel nos echó del pueblo", relata este afectado, que califica la situación que vivió su familia de "gran injusticia". Se pregunta "cómo compañías que ganaban mucho dinero no proporcionaban a sus empleados los medios de prevención de enfermedades laborales más imprescindibles".

Tres tíos de José Navarro murieron también en la peligrosa obra. "No sabían que iban al matadero –argumenta–, porque en el pueblo no había tradición minera y la silicosis era una enfermedad desconocida". El anciano achaca la tragedia a la "necesidad" de los vecinos de ganarse un jornal en plena posguerra –aunque fuera modesto–, a la inexperiencia y a la "falta de escrúpulos" de la compañía perforadora, que no evitó las muertes con medidas preventivas ni proporcionó cobertura médica a los enfermos ni indemnizó a los hijos y a las viudas.

El alcalde reconoció que el homenaje llega tarde, pero indicó que durante la dictadura hurgar en las miserias del régimen era "tabú". Federico Martín consideró que ha llegado el momento de "contar lo que ocurrió para que la gente lo sepa". La organización conservacionista ‘El Mijares no se toca’, organizadora del acto con el Ayuntamiento, denunció en un manifiesto que el túnel "solo ha traído sufrimiento al pueblo" y resaltó la "insensibilidad" de administraciones y empresas al olvidar la "deuda contraída" con los operarios fallecidos y sus parientes.

La defensa del Mijares

La organización ecologista y el Ayuntamiento se han empeñado en una campaña para evitar el arranque de la central de Los Cantos, cerrada desde hace dos años por una avería. El alcalde explicó que luchará por todos los medios, incluidos los tribunales si es preciso, para evitar la reapertura que, a su juicio, acabará "de un plumazo" con la regeneración que el río ha experimentado gracias al parón y la suspensión de la extracción de agua. ‘El Mijares no se toca’ y el Consistorio consideran que conservar el patrimonio fluvial es irrenunciable, porque es "el principal recurso" del pueblo.

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