El retablo mayor de la capilla del Pilar de Albarracín ha recuperado su brillo original tras los trabajos de restauración que los técnicos de la Fundación Santa María están a punto de concluir y que se han prolongado durante dos meses. La pieza, considerada una de las joyas de la catedral de esta localidad, es uno de los mejores ejemplos del barroco aragonés, en el que destaca por encima de todo la talla de la virgen, situada en el corazón de la representación en una hornacina de cristal que proporciona una dimensión insólita de la escultura.

Esta es la última intervención en capilla del Pilar, la más profusa en decoración del conjunto catedralicio y la segunda en importancia después del altar mayor. Previamente se llevó a cabo la recuperación de sus otros cuatro retablos menores y dos grandes lienzos de tres metros de altura que cubren sus paredes. Con esta actuación concluirá el plan de restauración integral de la catedral de Albarracín que se ha venido desarrollando en los últimos años.

El gerente de la Fundación, Antonio Jiménez, explicó que el retablo destaca por su gran riqueza estilística, con motivos vegetales, querubines y abundante rocalla (decoración que imita contornos irregulares de las piedras). Su estado de conservación, no obstante, era bastante deficiente.

La capilla restaurada es una obra del siglo XVIII realizada por encargo del obispo Juan Francisco Navarro, si bien la talla de la Virgen procede de la centuria anterior. Es, según señala Jiménez, una escultura "reutilizada del oratorio construido por el obispo Salas Malo".

Rica iconografía

De las imágenes del retablo se desprende una lectura iconográfica cargada de expresividad, relativa a diferentes episodios de la vida de la virgen. Todos ellos relatados en diferentes soportes: bajorrelieves, tallas y pintura. La hornacina acristalada que soporta a la escultura permite acentuar, a juicio del gerente de la Fundación, "el carácter teatral del barroco", con al profusión de dorados en su decoración. El nicho de cristal favorece, igualmente, una perspectiva completa de la figura religiosa con policromías, envuelta en manto dorado e incrustaciones de piedras.

Antonio Jiménez aclaró que la parte baja del retablo, cuyas medidas son de 8 metros de alto por 4 de ancho, es la que presentaba un mayor deterioro, con la pérdida de materiales y colores. Como dato curioso, agregó que en el transcurso de la restauración se han localizado tres relicarios "de los cinco que, al parecer, tenía originariamente con sus restos óseos". Según dijo, los estuches se encontraban dentro de diferentes relieves que representan las escenas de "la dormición de la Virgen y de la muerte de SanJosé".

La Fundación pretende inaugurar la capilla del Pilar, la más importante de la catedral, el día 8 de septiembre, coincidiendo con las fiestas patronales de Albarracín.