La muralla de los Arcos será visitable en junio y el paño carlista se sumará al recorrido en 2018

El tramo levantado en el siglo XIX sobre la base medieval mide 50 metros y acaba de ser restaurado con 200.000 €.

La alcaldesa, Emma Buj, y el arquitecto Ángel Gil visitaron la obra.
La alcaldesa, Emma Buj, y el arquitecto Ángel Gil visitaron la obra.
a. g./b.

La muralla de Teruel se podrá visitar a partir del primer fin de semana de junio, según anunció ayer la alcaldesa, Emma Buj, durante un paseo por el tramo recién restaurado de la fortificación, correspondiente al periodo carlista. El Ayuntamiento prevé abrir el mes que viene al público el paño comprendido entre la torre del Agua y la calle San Miguel. En una segunda fase, a ejecutar en 2018, ampliará el recorrido turístico al sector que acaba de ser rehabilitado entre las torres del Agua y de la Bombardera, que data del siglo XIX.

El primer tramo visitable incluirá los torreones del Agua y su gemelo en el lado opuesto del Portal de la Traición así como 50 metros de lienzo, en parte recreados. Las obras, terminadas en 2009, costaron en torno a un millón de euros financiados con el programa europeo Urban II y una subvención del Ministerio de Defensa de 200.000 euros. En dependencias anejas a la fortificación se acondicionará un museo sobre la Guerra de los Dos Pedros en el siglo XIV.

La restauración del paño comprendido entre los torreones del Agua y la Bombardera, de otros 50 metros, permitirá incorporarlo al recorrido visitable en 2018, según anunció la alcaldesa durante la visita a las obras. Los trabajos ejecutados han supuesto una inversión de 200.000 euros, a los que habrá que añadir otra intervención de 100.000 euros para abrir el tramo carlista al público. Se trata de un sector de escaso valor artístico pero de gran interés histórico.

Buj explicó que, además de estudiar la fortificación, se acondicionará para que se convierta en un "recurso turístico de primer orden". Indicó que el Ayuntamiento tramita una modificación del planeamiento urbanístico para abrir una calle de 3 metros que permita recorrer la cara posterior de la muralla. La alcaldesa destacó como aspecto más notable de la muralla que fue utilizada en todas las guerras libradas en España desde la Edad Media hasta el presente. Los últimos vestigios bélicos desenterrados con las obras corresponden a las guerras carlistas y a la Guerra Civil.

El arquitecto autor de la rehabilitación del tramo carlista, José Ángel Gil, explicó que la consolidación fue muy delicada. El paño restaurado, levantado a toda prisa con materiales pobres y superpuesto a la fortificación medieval, amenazaba con derrumbarse. La restauración ha permitido recuperar también un sector de la conducción de agua del siglo XVI y descubrir el arco medieval que servía de acceso a la torre de la Bombardera, que solo se ha restaurado exteriormente y cuya apertura al público no tiene fecha.

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