Albarracín, que con apenas 1000 habitantes es sin embargo una de las ciudades aragonesas que más turismo recibe, vivió este jueves un día histórico, al celebrar la inauguración de la restauración de la Catedral, el edificio monumental más importante de la localidad. 

El templo, que tras seis años de obras y una inversión de un millón de euros ha recuperado la luminosidad que tuvo originalmente cuando fue construida en el siglo XVI, se llenó de vecinos y autoridades. 

El gerente de la Fundación Santa María de Albarracín -entidad que ha realizado la restauración- Antonio Jiménez destacó que los trabajos han permitido descubrir las pinturas murales originales del templo, así como restos arquitectónicos de la época medieval. Jiménez agradeció su labor a todos los participantes en la restauración. 

La Fundación Santa María, dedicada a la gestión de patrimonio, celebra ahora sus 20 años de funcionamiento con una plantilla de 30 trabajadores, una intervención en más de 30 edificios públicos de Albarracín y más de 1.300 bienes muebles restaurados. 

El alcalde de Albarracín Fransciso Martí agradeció a los patronos de la Fundación su implicación e la misma, como es el caso del grupo Ibercaja que ha formado parte de la institución desde sus inicios y que este jeuves estuvo representada en Albarracín por su presidente Amado Franco.

Igualmente se refirió al Gobierno aragonés y a los obispos turolenses que integraron la Fundación, algunos de los cuales acompañaban este jueves al arzobispo metropolitano de Zaragoza, Vicente Jiménez, que presidió la misa. 

El presidente del Gobierno aragonés, Javier Lambán, puso Albarracín como ejemplo de solución contra la despoblación, "no esperemos bálsamos ni recetas milagrosas que vengan de Europa -dijo-. Hay que convertir el patrimonio en riqueza si queremos que la gente viva en los pueblos". Anunció que llevará la banda ancha de internet al medio rural para que los pequeños municipios no se vacíen.