La segunda vida de una locomotora

La máquina centenaria de transporte de carbón, que presidía una calle de Utrillas, será restaurada para completar la flota de trenes turísticos que realiza un circuito guiado.

La locomotora 'Palomar' se encuentra en una nave del pozo de Santa Bárbara para ser restaurada.
La locomotora 'Palomar' se encuentra en una nave del pozo de Santa Bárbara para ser restaurada.
A. F.

La locomotora MFU 31, bautizada ‘Palomar’ hace casi cien años, volverá a circular por Utrillas, aunque ya no transportará en sus vagones carbón, fin al que fue destinada hasta 1966 por la principal empresa minera que operaba en la zona. Su misión ahora estará ligada al turismo, por lo que se ha previsto su incorporación al circuito guiado del pozo Santa Bárbara, junto a la ‘Hulla’ y la ‘Deutz’. Las dos antiquísimas máquinas se encargan actualmente de conducir a los viajeros por un parque temático, alrededor de los más importantes vestigios de la minería de interior que todavía se conservan en la localidad. En total, 1,3 kilómetros de viaje a través del tiempo.


La máquina ‘Palomar’ se encuentra en estos momentos en pleno proceso de recuperación. El Ayuntamiento decidió rescatarla del pedestal en el que permanecía desde hacía más de treinta años, a la entrada del pueblo. "Estaba dando la bienvenida a los visitantes", sostiene el alcalde, Joaquín Moreno, e invitaba a reflexionar sobre el esplendoroso pasado de un amplio territorio de la provincia de Teruel, que creció y se desarrolló en torno al carbón. El descolorido tren, que luce gris tras haber perdido su original tono negro por las inclemencias del tiempo, es la viva imagen del ocaso de la minería.


Bajar la locomotora de su pedestal no fue una tarea fácil. Hubo que utilizar una grúa, cortar el tráfico de la carretera en la que servía de elemento decorativo y trasladar este vehículo de 12 toneladas de peso al andén del Pozo Santa Bárbara, donde se encuentra a la espera de su recuperación. De esta tarea se encarga la Asociación Zaragozana de Amigos del Ferrocarril y Tranvías (Azaft), voluntarios amantes de estas máquinas históricas que ya se dedican durante los fines de semana a poner en marcha el circuito ferroviario minero con los trenes turísticos.

Piezas oxidadas

Carlos Abadías, vicepresidente de dicha asociación, señaló que los más de treinta años que ha permanecido la locomotora ‘Palomar’ a la intemperie han hecho mella en su conservación, con un deterioro y afecciones que, aunque no son graves, han provocado su oxidación externa y pérdida de piezas, fruto del expolio al que ha sido sometida durante años.


No obstante, Abadías espera que pueda volver a funcionar. ¿Cuándo? Es una incógnita, porque muchos elementos tiene que ser fabricados a mano y se desconoce el estado de la caldera, componente fundamental para que pueda echar a andar. Aun con todo, confía en su rescate. Dice que estos vehículos de fabricación alemana, que sirvieron durante más de medio siglo para transportar el carbón desde las minas hasta el lavadero, se caracterizan por su dureza y resistencia. Se cuenta, además, con una ventaja: "en la actualidad no es complicada su restauración con la avanzada tecnología existente para ello", apunta.


La MFU 31 –también llamada así por el número de registro que la empresa carbonífera introducía a su equipamiento–, es de mayores dimensiones que la ‘Hulla’, al disponer de 30 centímetros más de anchura. Es, igualmente, más potente, y estaba preparada para la combustión de agua, carbón, madera y caña de azúcar.


La noticia de la segunda oportunidad que se le brinda a este vehículo ferroviario que todos han visto a lo largo de los años frente al cuartel de la Guardia Civil ha causado en el pueblo expectación. El alcalde, Joaquín Moreno, señalaba que los vecinos "están emocionados ante la posibilidad de poner en marcha una locomotora mítica".


La idea es que ‘Palomar’ permita sustituir a las dos máquinas que ya realizan el circuito turístico por el parque temático. El recorrido incluye la visita a diversos museos, entre ellos el de lámparas mineras, que reúne piezas de muy diferentes épocas y procedencias. A lo largo de ese trayecto se pueden ver, además, las antiguas escuelas de la empresa MFU para los hijos de los mineros o las duchas de los trabajadores, unas sorprendentes instalaciones con capacidad para cien usuarios.


Moreno explicó que, aunque sólidas, las viejas locomotoras precisan de una importante labor de mantenimiento y de largos descansos para evitar averías. La nueva locomotora se unirá a la flota ya existente para intercalar viajes y aventuras.

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