Fui al Ayuntamiento de Zaragoza para preguntar por qué no me llamaban para determinar la ayuda a la que tenía derecho y me dijeron que no tenía los datos de mi hijo después de estar valorado, solo el nombre y el código postal y que por eso no podían avisarme", explica María José Ostalé, madre de un niño autista de 5 años. Según indica, los trabajadores le dijeron que desde el Gobierno de Aragón les habían enviado un listado incompleto. No obstante, admite que al día siguiente, el 25 de enero, acudieron a su domicilio para determinar las ayudas. El niño está escolarizado y la madre, que tiene que atender a su hijo el resto del tiempo, escogió el sueldo al cuidador. Después de estar empleada durante 14 años, tuvo que dejar de trabajar y ahora le gustaría poder seguir cotizando por el cuidado de su hijo. A ella, a diferencia de lo que cuenta María del Mar Ortega no le pusieron ningún condicionante para elegir la ayuda. El día 5 de febrero entregó todos los papeles para cobrar la prestación, pero dos meses después no sabe nada.

"El Estado nos tiene que ayudar porque estos niños necesitan apoyos, como la hipoterapia, que dan buenos resultados pero que son muy caras. Todo lo tenemos que pagar nosotros.", indica María José Ostalé. Matías está escolarizado en un centro de educación especial de Parque Goya y está muy satisfecha con su funcionamiento. Pero en su casa también recibe el apoyo de un terapeuta que le ayuda a estimular el desarrollo del niño.

"El día a día para nosotros es muy duro. Al menos, que no nos engañen con una ley para la que no tienen dinero. Por eso no nos pagan", critica.