ENTRE LÍNEAS

Sin savia nueva

La sesión parlamentaria fue movida, pero con pocas novedades en el guión que cada partido tiene preparado como estrategia interna con vistas a las elecciones municipales y autonómicas del próximo año.

EL pleno que comenzó ayer en las Cortes se antojaba importante porque tocaba temas variados y de actualidad, lo que no ha sido una constante a lo largo de la legislatura por las estrategias de unos y otros. Y fue más relevante de lo que pueda parecer, con la polémica de Savia como protagonista y con la escenificación una vez más del distanciamiento entre PSOE y PAR. Sobraron tópicos y recurrir a la bronca cuando el consejero Alberto Larraz se quedó sin argumentos, o sin justificaciones. Vamos, que faltaron energías y elementos vivificadores. Es decir, la savia nueva (no confundir con la de la polémica) que reclaman los tiempos que corren.


Ayer todos tiraron de estrategia. Unos para escurrir el bulto y otros para enseñar la patita o renovar las marcas de su territorio. La cercanía de las elecciones municipales y autonómicas, que se celebrarán el 22 de mayo de 2011, se dejó sentir demasiado. No debería ser así, porque había asuntos de calado que requerían explicaciones y aclaraciones.


En primer lugar, todo lo que afecta a las operaciones de Savia, CAG y Tecnam, seguido del informe de la Fiscalía del Tribunal de Cuenta sobre adjudicaciones y contratos de los ejercicios de 2004 y 2005, para acabar con la apuesta de cada grupo parlamentario respecto a qué modelo de organización territorial quieren para Aragón. Y ayer muy poco se sacó en claro de todo lo citado, salvo que PAR y CHA llevan otro ritmo que PSOE, PP e IU cuando hablamos de la estructura institucional de la Comunidad.


Pero volviendo a lo de Savia Capital Inversión, la sociedad pública de capital riesgo que se pasó de rosca de forma temeraria en la operación con CAG y Tecnam (ver detalles en la página anterior), el consejero de Economía, Alberto Larraz, optó por esconder la cabeza, eludir el asunto, negar la evidencia y montar la bronca para no tener que dar explicaciones. Asumió el fracaso de la operación, pero sin responsabilidades políticas. Una actitud chocante, sobre todo cuando hay pérdidas millonarias pagadas con dinero de todos los ciudadanos.


Le salió mal la estrategia, porque el portavoz del PP, Eloy Suárez, lo puso contra las cuerdas y destapó vinculaciones que hicieron perder a Larraz los papeles y la compostura. Lo que no es habitual, porque suele aguantar el chaparrón con dignidad.


En esta ocasión, el consejero de Economía tuvo que cambiar el guión de forma brusca e inesperada. Lo que menos le preocupó fue que el PP se sumara a la petición de una comisión de investigación que anunciaron CHA e IU, a los que este asunto no les gusta nada y se notó en sus intervenciones. En este aspecto, la mayoría de PSOE· y PAR impedirá que prospere la mencionada petición. Así que su máxima preocupación fue que saliera a relucir el entramado de la operación.


Por eso trató de repartir culpas a diestro y siniestro, sin distinción e intentando implicar incluso a las entidades de ahorro, los dos mejores socios que tiene el Ejecutivo para sacar adelante los principales proyectos estratégicos.


Prácticamente le pasó lo mismo con otro diputado del PP, Antonio Suárez, en el debate del informe de la Fiscalía del Tribunal de Cuentas que considera que hay 26 contratos y adjudicaciones de 2004 y 2005 con "posibles infracciones penales". Y la herida se amplió por la intervención de la presidenta de CHA, Nieves Ibeas.


El consejero no tuvo su día y dejó demasiadas dudas en el aire sobre las cuestiones más polémicas.


Más claro quedó ayer que PSOE y PAR están cada día más distanciados. Ni siquiera tienen ya la capacidad de pactar sus propias discrepancias de forma amistosa. Biel quiso cumplir su promesa de cambiar las diputaciones provinciales por corporaciones y que los dirigentes comarcales sean elegidos de forma directa por los habitantes de cada comarca. El PSOE votó en contra (ni siquiera se abstuvo), igual que el PP, que no le hizo ni un guiño a los aragonesistas. IU se desmarcó y solo CHA les hizo un cariño, al estilo de 'la carrasca' de principios de esta década, cuando ambos se apoyaban en estos asuntos y Maragall hablaba del 'olivo' -el tripartito- en Cataluña. Claro que eran otros tiempos.