EDITORIAL

Sin más explicaciones

La paralización de la mayoría de las inversiones que Fomento tenía en marcha en Aragón no mereció ayer ni la mínima explicación por parte del secretario de Estado Víctor Morlán. Tampoco el presidente aragonés ha reaccionado como cabía esperar ante una decisión que compromete las expectativas de desarrollo de la Comunidad.

CABÍA esperar que el secretario de Estado de Planificación e Infraestructuras del Ministerio de Fomento, Víctor Morlán, uno de los pocos aragoneses que desempeñan un alto cargo en el Gobierno central, aprovechase ayer su visita a Huesca para aportar alguna explicación y alguna esperanza respecto al mortal recorte aplicado a las obras públicas en Aragón. No tuvo ese detalle. Morlán, que paradójicamente inauguraba un tramo de la autovía Huesca-Lérida, parte de uno de los ejes más castigados por el hachazo de Fomento, se limitó a decir que las obras se reanudarán «cuando haya dinero», lo que deja completamente en el aire el futuro de infraestructuras esenciales. Junto a él, tampoco aportó ninguna explicación el presidente de Aragón, que no ha tenido ni la mínima reacción de rebeldía frente a un recorte que asesta un golpe insufrible a la economía aragonesa y a sus expectativas de desarrollo y que, una vez más, supone un trato diferencial negativo para esta Comunidad. Es difícil asumir que una decisión tan drástica se tome sin mediar negociación alguna y sin aportar argumentos ni estudiar posibles alternativas. Y que se ejecute, además, de un día para otro, dejando abandonados los tajos en condiciones peligrosas. Y más incomprensible todavía, que las autoridades aragonesas acepten con resignación, sin mover un dedo, lo que les viene encima.