Ofrecer un desayuno en Madrid y pasar de que casi todos los invitados sean aragoneses a, pocos años después, que el responsable de presentarte sea el todopoderoso vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba y se sienten a escucharte otros seis ministros y relevantes empresarios nacionales tuvo que impresionar ayer a Marcelino Iglesias. Si además, el teórico sucesor de Rodríguez Zapatero, dice de ti que eres «firme, tranquilo, sosegado, impones la cordura, tienes sensibilidad ecológica....» la impresión seguro que aumenta. Ayer fue un día de triunfo de Marcelino Iglesias en Madrid, pero también fue la jornada en la que se evidenció que pesa mucho más ser secretario de Organización del PSOE que ser presidente de Aragón.

Además de Rubalcaba, fueron al madrileño hotel Ritz el vicepresidente Manuel Chaves y los ministros Trinidad Jiménez, Ángel Gabilondo, Leire Pajín, Ángeles González Sinde y Ramón Jáuregui. Junto a ellos estaba además el presidente del Senado, Javier Rojo, los secretarios de Estado Víctor Morlán, Felipe Pétriz, Josep Puxeu, Diego López Garrido, Antonio Camacho, Juan Carlos Campo, la secretaria general Mercedes Gallizo, etc.

Había demás relevantes empresarios. Estaban el director general de HERALDO, José Manuel Lozano, y el consejero Íñigo de Yarza; el vicepresidente de Ibercaja, Eugenio Nadal, y el director de la entidad en Madrid, José Morales Paules; la presidenta de Hispasat, Petra Mateos; la del Consejo de Seguridad Nuclear, Carmen Martínez Ten; el presidente de OHL, Juan Miguel Villar Mir; el de Itínere, Pedro Pérez, el de FCC, Baldonero Falcones, y otros muchos.

También acudieron el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, y el arzobispo, Manuel Ureña. Y Eva Almunia -«es la renovación preparada», resaltó Iglesias-, Alberto Larraz, Gonzalo Arguilé, José María Mur -con el que departieron amistosamente Francisco Pina e Iglesias- Miguel Gracia, José María Becana, Jesús Miguel Franco, Pilar Alegría, Carlos Pérez, Maite Pérez y así hasta 450 personas.