Secuestro en el Congo

La sociedad aragonesa espera con especial interés un feliz desenlace en el secuestro del médico Mario Sarsa, capturado por grupos tribales en uno de los países más convulsos de África. La diplomacia española considera que hoy es un día clave, ya que esperan saber qué piden los rebeldes. De nuevo, se vive la triste paradoja de que los terroristas o insurgentes utilizan a quienes ayudan a África como instrumento de chantaje.

Miles de ciudadanos reciben con flores y aplausos los restos de Kaczynski
Miles de ciudadanos reciben con flores y aplausos los restos de Kaczynski
AFP PHOTO

EXPERTO en medicina tropical, gran conocedor y amante de África, el aragonés Mario Sarsa ha sido víctima de uno de los muchos conflictos que sacuden al Congo. La explotación de los diamantes, el coltán y el petróleo que ofrece su terrorio no son, como debería suceder, una oportunidad para la población; al contrario, los conflictos comerciales por esas riquezas naturales se unen a los derivados de las rencillas étnicas. En este panorama, hay que enmarcar el secuestro del médico español. Por desgracia, los cooperantes occidentales se han convertido en objetivo de grupos armados. Aunque Sarsa estaba en el Congo de vacaciones, su vinculación y conocimiento de África vienen de su labor como coooperante. Los familiares y amigos del secuestrado, y la sociedad aragonesa en general, esperan ahora que su cautiverio no se prolongue. En Mauritania siguen secuestrados por Al Qaeda Albert Vilalta y Roque Pascual desde noviembre. Es triste que los conflictos de África aparezcan en la agenda europea solo cuando quienes se acercan al continente son víctimas de quienes quieren medrar por la violencia. La prioridad, hoy, es la liberación de Mario Sarsa. Pero está pendiente, un verdadero plan internacional para África.