RAFAEL ROMEO

"Pretender duplicar el caudal del Delta es absurdo, no responde a la realidad del Ebro"

El máximo responsable de la CHE deja claro en una entrevista que la propuesta de Cataluña para elevar el caudal del Delta no es viable.

El presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro, Rafael Romeo, en su despacho.
"Pretender duplicar el caudal del Delta es absurdo, no responde a la realidad del Ebro"
CARLOS MONCíN

Con casi dos años de retraso, el Gobierno central acaba de desbloquear el proceso de elaboración de los nuevos planes hidrológicos. En apenas una semana se hará público el borrador definitivo del de la cuenca del Ebro, y aunque para conocer uno de sus puntos más esperados -el de los caudales ecológicos de la desembocadura- habrá que esperar unas pocas semanas más, el presidente de la CHE deja claro que, pese a las aspiraciones de Cataluña, no es posible destinar al Delta mucha más agua que los 100 metros cúbicos por segundo (m3/s) fijados actualmente.

El borrador del nuevo plan de cuenca saldrá a información pública en unos dos meses. ¿Cuándo lo van a conocer las comunidades autónomas y los usuarios?

El 25 de octubre se ha convocado al consejo del agua de la cuenca y al comité de autoridades competentes. Ese mismo día se entregará a todos sus miembros el borrador del nuevo plan de cuenca prácticamente concluido.

¿Prácticamente?

Sí. Aún faltará ultimar algún tema relacionado con los caudales ecológicos del Ebro y del Segre. En cuanto esos puntos se hayan concertado con las comunidades, el plan saldrá a información pública.

O sea que pretenden llegar a un acuerdo sobre el caudal del Delta antes de dos meses.

Efectivamente.

En ese caso la CHE ya tendrá cerrada su propuesta.

La Confederación ya tiene una serie de estudios que está contrastando con las comunidades. Salvo los del eje del Ebro y los del Segre, el resto de caudales ecológicos están prácticamente consensuados.

Se lo digo porque entonces podrá aclararme si es cierto que el Ministerio pretende duplicar el caudal ecológico del Delta.

Desconozco la fuente de esa información periodística, así que prefiero no comentarla. Nosotros estamos trabajando con nuestros propios estudios y con Cataluña para tratar de confluir a unas cifras razonables y realistas.

¿Es razonable y realista duplicar el caudal del Delta?

Es que como esa cifra no ha salido de esta casa no quiero comentarla.

Olvidémonos de la cifra. Dígame entonces si en la cuenca del Ebro hay mucho margen para ampliar el caudal del Delta.

El Ebro lleva los caudales que lleva. Es muy difícil inventar unos caudales que el río no puede llevar de forma natural. Solo podemos jugar con los embalses y estamos intentando que los caudales ecológicos se beneficien de esas obras, pero es que los pantanos no se hicieron para eso. Se construyeron para atender los usos agrícolas e industriales, pero en el nuevo plan de cuenca intentamos que también beneficien a la naturaleza.

Interpreto que lo que está diciendo es que no hay mucha agua para ampliar caudales ambientales.

En la Confederación no creamos agua, la administramos, y además con el condicionante de que la gran mayoría de los embalses solo permiten almacenar el agua de un año. Otra cosa es que haya que garantizar unos caudales mínimos, y en eso estamos. Estamos intentando que los embalses garanticen unos caudales mínimos que son necesarios para conservar la biodiversidad y los ecosistemas.

Pero que no sobre agua para ampliar los caudales no significa que no se puedan aumentar a costa de reducir la demanda. Muchas comunidades temen que para elevar el caudal del Delta se recorten los usos actuales o futuros.

No se está planteando eso. Lo que pretende el nuevo plan de cuenca es, con los recursos que hay ahora y con los que estimamos que habrá en un futuro, garantizar las demandas actuales, satisfacer las demandas futuras y asegurar unos caudales ecológicos mínimos. Otra cosa será que las demandas agrícolas se gestionen de forma eficiente y permitan reducir el consumo destinando más agua a otros usos y a los caudales ecológicos.

Entonces ¿puede garantizar no se van a recortar ni los usos actuales ni los futuros?

Es que es al revés. El nuevo plan de cuenca contempla poder garantizar los usos actuales y poder desarrollar una serie de usos futuros que ahora simplemente están en cartera. Los caudales ecológicos no tienen por qué afectar a eso, al contrario. Hasta ahora no se contaba con esa obligación, pero el nuevo plan de cuenca les va a dar carta de naturaleza y los va a garantizar gracias a la existencia de los embalses, no gracias a la naturaleza. En pleno mes de agosto, si no hubiese demandas, las aportaciones naturales de los ríos igual serían muy inferiores a los que ahora vamos a poder suministrar. Y se van a poder suministrar gracias a la existencia de esas obras de regulación. La naturaleza también se va a beneficiar de los embalses.

De sus palabras deduzco que no va a ser posible atender la petición de Cataluña, que propone duplicar, triplicar o incluso cuadruplicar el caudal actual del Delta.

Desconocemos la base hidrológica de esas cifras, pero están muy lejos de la realidad hidrológica de la cuenca. El Ebro es el río más caudaloso de España, pero es una rambla, una rambla gigante con estiajes tremendos y crecidas muy elevadas. En meses como julio o agosto es muy difícil garantizar caudales de 200, 300 o 400 m3/s como alguno ha apuntado. Eso es absurdo, no responde a la realidad hidrológica del Ebro.

¿Cree entonces que será posible el acuerdo con Cataluña?

Yo creo que sí, porque estamos trabajando con interlocutores que conocen el Ebro y su hidrología. Saben que no se le puede pedir peras al olmo, así que estoy absolutamente convencido de que llegaremos a un acuerdo razonable. El río lleva el agua que lleva y es un elemento tanto de desarrollo económico como de conservación ambiental. Eso es lo que hemos intentado consensuar y compatibilizar.

Los regantes ya han dicho que novan a apoyar el plan.

Eso han manifestado. Dicen que no están de acuerdo con que el plan de cuenca solo desarrolle los temas ambientales, y en la Confederación estamos de acuerdo. Por eso trabajamos para desarrollar de forma equilibrada los otros dos aspectos: el económico y el social.

Eso nos remite a las obras pendientes. Riegos del Alto Aragón les ha dado un plazo de dos meses para desbloquear la tramitación de Biscarrués. ¿Van a cumplirlo?

Sin duda. Ya hemos remitido al Ministerio los informes complementarios que nos pidió la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental, por lo que es de esperar que a corto plazo se formule la declaración de impacto ambiental y que sea positiva.

Pero no puede asegurarlo.

Asegurarlo no porque hasta que no lo veamos no podemos darlo por hecho. Pero sí tenemos el convencimiento racional, ya que se ha hecho un trabajo técnico muy bueno y se satisfacen todos los requisitos.

Resulta chocante el grado de incertidumbre con el que la CHE y la Dirección General del Agua afrontan todas las tramitaciones ambientales de su propio ministerio.

No es tanto incertidumbre como ver que la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental tiene que analizar con detenimiento todas las alegaciones recibidas. Eso dilata la resolución definitiva del expediente, pero estamos absolutamente convencidos de que al final la declaración de impacto ambiental de Biscarrués será positiva.

Así en 2011 se podrían licitar la redacción del proyecto y las obras.

En principio no debería haber ningún problema. Haya o no partida específica en los Presupuestos, la financiación para este año y los siguientes está garantizada.

La otra gran obra pendiente es Yesa. ¿Cuánto tardarán en pronunciarse el Consejo de Obras Públicas, el Consejo de Estado y el Consejo de Ministros?

Calculo que también unos dos meses: a finales de año o tal vez a principios del que viene las obras estarán desbloqueadas.

Reconocerá que como mínimo es frustrante que durante años solo se hayan podido gastar 15 millones anuales en Yesa y que ahora que se va a poder invertir más el recorte presupuestario obligue a gastar esos mismos 15 millones.

Sí, pero lo importante es que tengamos un expediente con todas las bendiciones técnicas, jurídicas y ambientales. Lo otro es circunstancial. Hemos tenido, efectivamente, la mala suerte de que el desbloqueo nos vaya a llegar en un momento de crisis, pero lo importante es que al final se van a despejar todas las dudas y tendremos un recrecimiento en perfectas condiciones.

Al final los problemas geológicos han salido muy caros.

Eso forma parte del desarrollo de cualquier proyecto complejo. Conforme se va avanzando, se plantean actuaciones complementarias.

Los opositores al recrecimiento recuerdan que lo que en principio no era un problema ahora obliga a invertir 83 millones de euros.

Problema no lo hay porque tenemos conocimientos y tecnologías suficientes para dar soluciones. Este tipo de obras siempre han funcionado así: son complejas y presentan problemas que requieren soluciones. Lógicamente, eso incrementa el presupuesto. A medida que aumenta el conocimiento de la cimentación, de la presa, de los estribos, del terreno? hay que llevar a cabo una serie de medidas complementarias. Eso es lo que ha ocurrido con Yesa. No es algo nuevo, sucede en todas las presas.

Cambiando de tema. La DGA sigue pensando que el plan hidrológico de las cuencas internas de Cataluña invade competencias estatales e incumple varias leyes. ¿Qué opina la CHE al respecto?

Es cierto que, en su momento, tal y como se planteó, parecía que invadía competencias que son de la CHE. Sin embargo, tanto los escritos que nos han remitido como el contenido del propio plan dejan bien claro que esas competencias le corresponden a los distintos órganos de la Confederación. Otra cosa es que Cataluña, como otras comunidades, haga unas propuestas para que sean incluidas en el programa de medidas del nuevo plan hidrológico del Ebro.

Entonces la Confederación lo da por bueno.

Por supuesto que sí. La Generalitat de Cataluña tiene clarísimas cuáles son las competencias de la Confederación. No impone nada, sino que hace sus propuestas. Las puede presentar como quiera, y nosotros las consideraremos previo debate de los técnicos y del consejo del agua de la demarcación, que es quien tiene las competencias. Sucede lo mismo que con los caudales del Delta: la Generalitat hace una propuesta porque es quien mejor conoce sus necesidades, pero habrá que sopesarla y decidir entre todos en el consejo del agua si se puede atender o no.

Sin embargo, la directora general del Agua dejó claro el otro día que el Ministerio tiene como mínimo una razón para impugnar el plan hidrológico de la Generalitat. Marta Morén subrayó que quien debe aprobar ese documento es el Gobierno central, pero Cataluña sostiene que con un informe de Medio Ambiente basta.

Sí, pero es una cuestión de matices. Entiendo que, si la ministra quiere que sea el Consejo de Ministros quien apruebe el plan de gestión del distrito fluvial de Cataluña, la Generalitat no tendrá nada que decir al respecto... imagino.