UNIVERSIDAD

"Perder el campus de excelencia ha dañado la imagen de la Universidad"

Gadea, Sáenz Lorenzo, Marqués, Beltrán y Montijano posan en el aula magna del edificio Paraninfo antes de comenzar el foro de debate.
"Perder el campus de excelencia ha dañado la imagen de la Universidad"
ESTHER CASAS

La Universidad de Zaragoza atesora una plaza entre las primeras 15 de todo ranquin nacional, y no baja de la diez si se atiende a su labor investigadora. Sin embargo, esta vez se ha quedado fuera de lista. Y lo ha hecho precisamente en la clasificación en la que más le interesaba aparecer: la de los campus de excelencia, una convocatoria del Gobierno central que premia económicamente a los mejores proyectos presentados por universidades. El resultado ha defraudado a la comunidad universitaria que siente que la imagen de la institución ha quedado dañada y se pregunta qué se ha hecho mal.

A la espera de que el Ministerio envíe el informe detallado con las causas, profesores y alumnos coinciden en que no se ha valorado a la institución, sino a su proyecto, que -dicen- no se ha adecuado a las exigencias de Madrid. Confían en que la Universidad de Zaragoza sea elegida en la convocatoria de 2010. Para ello consideran indispensable que este 'fracaso' sirva de revulsivo y que el eje del nuevo plan sea la investigación puntera que se desarrolla en los campus aragoneses.


¿Cómo se justifica que la Universidad de Zaragoza quede excluida de la lista de las 15 mejores de España?


José Ramón Beltrán: Todavía no sabemos qué ha afectado en nuestro caso particular. Podremos hacer una reflexión cuando el Ministerio nos envíe el informe que detalla los motivos. Pero, independientemente de lo que allí se diga, hemos detectado un problema generalizado con esta convocatoria: la gente no la ha entendido bien. La han visto como un ranquin de universidades cuando en realidad no se valora a las instituciones, sino el proyecto que estas han presentado.


José Luis Marqués: Coincido en que el problema no se encuentra en la Universidad, que estoy convencido de que está entre las diez mejores del país. Considero que se nos ha excluido de los campus de excelencia por un fallo en el planteamiento del proyecto enviado. Ha habido una disonancia entre lo que la Universidad creía que se iba a valorar y lo que finalmente se ha puntuado.


José Félix Sáenz Lorenzo: Se ha presentado una propuesta que destacaba la integración en el territorio como una de nuestras fortalezas y parece que los evaluadores no han entendido ese punto. Se debería haber incidido más en nuestro punto más fuerte: la investigación, que es de primer nivel internacional.


José Antonio Gadea: El fallo reside en que el proyecto de la Universidad no se ha adecuado a lo que pedían. Pero esto no significa que la institución sea peor que otras, sino que se ha centrado en cuestiones -como la cohesión territorial- que no se han valorado tanto.


Juan Ignacio Montijano: Esto no es un ranquin, sino un premio a un proyecto concreto en el que se ha evaluado la calidad de la idea y la capacidad para llevarla a cabo. En esto último no creo que haya habido problema. Ha fallado el enfoque de la presentación: que nuestra Universidad reparta sus campus por la Comunidad resulta importante socialmente, pero no es el valor adecuado que hay que destacar cuando se persigue la excelencia. 

¿Dónde reside el fallo? ¿La institución aragonesa no está al nivel de las elegidas o no se ha acertado con el proyecto presentado?


Beltrán: El proyecto era bueno y global, abarcaba a toda la Universidad. Otra cosa es que eso no fuera lo que se pedía en la convocatoria. Ese punto no quedó claro ni en las bases de participación ni en las conversaciones que mantuvimos con el Ministerio y con el director general de Enseñanza Superior. ¿Quiere decir esto que no seamos una de las 10 mejores instituciones académicas españolas? En absoluto: aparecemos en todos los ranquins que valoran la universidad en conjunto. Hicimos una apuesta global, pero parece que no son los vientos que corren.


Marqués: El proyecto era bueno, pero no el adecuado. Los evaluadores buscaban ideas de un campus estratégico con proyección internacional, no uno global como el nuestro. Debemos hacer autocrítica y recordar que ha faltado un mayor respaldo del entorno industrial.

Sáenz Lorenzo: Estoy de acuerdo. Faltaba conexión empresarial. Nos ha sorprendido el resultado porque la presencia de Aragón en el Ministerio -con Eva Almunia y Pétriz en una secretaría de Estado y una dirección general- hacía esperar que lo consiguiéramos.

Gadea: A los estudiantes aún no nos queda claro si lo que estaba mal era la convocatoria -que no era clara- o el proyecto -que no se adecuaba-. Sea como sea, hemos detectado que apenas se habla de docencia y de fracaso escolar. No entendemos que para decidir qué campus son de excelencia no se valore más ese aspecto.


Montijano: Las ideas no eran malas, pero se ha intentado abarcar mucho y es imposible ser mejor que los demás en todo. Los elegidos presentaron proyectos enfocados a temas concretos. Ahí es donde hemos fallado.

¿Ha dañado este resultado la imagen de la Universidad? ¿Ha perdido prestigio respecto a tiempos pasados?


Beltrán. La imagen sí queda dañada, sobre todo a nivel interno. Se ha generado desazón entre el profesorado justo en un momento de crisis en el que necesitamos refuerzos positivos. Y esto me preocupa. Pero en absoluto se ha dado una pérdida de prestigio ni de credibilidad. Estamos entre las primeras en todos los ranquins y la mención de un millón de euros que nos ha dado el Ministerio reconoce claramente nuestra competitividad y competencia a nivel investigador.

Marqués. Ha afectado a la imagen, sí. Pero no debemos concedernos el derecho al desánimo. Las instituciones necesitan de vez en cuando un varapalo. Si hubiéramos ganado, posiblemente habríamos caído una vez más en la autocomplacencia. Haber quedado fuera puede ser un catalizador que nos ayude a unir fuerzas y sacar ideas positivas.

Sáenz Lorenzo: Coincido en que puede ser un revulsivo ante la segunda oportunidad que se brindará próximamente. Pero, efectivamente, ha creado un problema de imagen y ha impactado entre los profesores que estos días han mostrado su desasosiego. No debemos quedarnos con esto, hay que plantear un proyecto de futuro con el que se vea que somos una de las primeras universidades españolas.

Gadea: Se ha dañado la imagen de la Universidad más de lo que se debía porque quedar excluidos no significa el fin de la institución, ni mucho menos. Al igual que conseguir la excelencia no es la panacea. Tampoco creo que se haya perdido prestigio. Los estudiantes ven los campus aragoneses con mejores ojos que hace unos años.

Montijano: Lo que la sociedad ve es que ha habido una competición y que no hemos quedado entre los 15 primeros. Esto daña la imagen y no solo en el exterior. Entre las universidades también reside la idea de que la nuestra no ha sido capaz de presentar un proyecto ganador. En cuanto a la pérdida de prestigio hay que decir que la institución ha mejorado en los últimos años, el problema es que otras que han mejorado mucho más, por lo que en términos relativos hemos perdido. 


El Ministerio ofrecerá en 2010 una segunda oportunidad para ser campus de excelencia. ¿Qué hay que hacer para aprobar en esa repesca?


Beltrán. Hay que ver el informe del Ministerio antes de opinar Cuando llegue, haremos autocrítica. Quizá hayamos sido un poco abrumadores -se presentó un informe de mil páginas-. Reflexionaremos y contaremos con la comunidad universitaria para preparar otro proyecto, algo que no hemos podido hacer con el primer por falta de tiempo.


Marqués. Debe haber una mayor implicación de la sociedad, de las empresas. No basta con decir en el proyecto que estará implicado el tejido industrial, hay que hacer que participe.


Sáenz Lorenzo: Con la mención que nos conceden nos están marcando el camino que deberíamos seguir. Tenemos que aprovechar la posición a nivel nacional que tenemos en investigación. Al parecer, los evaluadores creen que el café para todos -es decir, intentar abarcar todo- está reñido con la idea de excelencia. Debemos evitar volver a caer en eso.

 

Gadea: Hay que informar a la comunidad universitaria y también a la sociedad para que participe en el proceso. La institución académica se debe a la sociedad.

 

Montijano: La Universidad debe centrarse en los aspectos en los que puede convencer a Madrid de que es excelente. Se dice que quien mucho abarca poco aprieta. Hay que centrarse en las fortalezas. Esto no quiere decir que el resto de aspectos se vayan a dejar de lado. La institución tiene que ser buena en todo y excelente en algunos puntos. 


Con una financiación ajustada y sin el aporte económico extra que conlleva ser campus de excelencia, ¿se está comprometiendo el futuro de la Universidad?


Beltrán. Después de 450 años, el futuro de la Universidad no está comprometido. Lo que sí se compromete es el equilibrio territorial en España: cuatro de las instituciones elegidas son catalanas, cuatro madrileñas, tres andaluzas y luego están las de Santiago, Oviedo, Cantabria y Valencia. Se abrirán brechas de financiación y habrá universidades de dos velocidades, porque las que reciban dinero del Ministerio tendrán más capacidades.


Marqués. El campus de excelencia ayudaría, pero el problema de financiación es otro. Me preocupa la tendencia nacional a ahorrar en las Consejerías o Ministerios de los que depende la Universidad y la investigación, áreas en las que nunca se debería escatimar. Al estar en periodo de recesión debería haber también un control estricto del dinero que se deposita en la institución. Es mejor que nos exijan control y no ceder en los recursos para lo fundamental.


Sáenz Lorenzo: Sin el campus de excelencia se pierde una oportunidad desde el punto de vista económico. A mí también me preocupa que los discursos en los que se dice que hay que apostar por el I+D+i -claves para el futuro- no sean coherentes con los presupuestos y no acompañe la financiación.


Gadea: No se compromete el futuro de la Universidad, pero hay que controlar los gastos y no despilfarrar para que no empeore la situación.


Montijano: El campus de excelencia suponía una financiación adicional, pero el futuro de la institución debe estar garantizado por los presupuestos de la Comunidad. Confío en que así sea. Es cierto que hemos perdido una oportunidad, pero espero que la recuperemos el año que viene.