ALERTA MÁXIMA POR EL FUEGO

"Nos vamos porque el humo no nos deja respirar"

Unos 1.400 vecinos de Ejulve, Alloza, Valdeltormo, La Zoma, La Cañadilla y Montoro, desalojadosLas autoridades se plantean la posible evacuación de los vecinos de Andorra

Jóvenes de Andorra observan el incendio de Ejulve y Alloza.
"Nos vamos porque el humo no nos deja respirar"
EFE/JAVIER CEBOLLADA

Los diferentes fuegos que se iniciaron en numerosos puntos de la provincia durante la tarde de ayer obligaron a desalojar Ejulve, Alloza, Valdeltormo, La Zoma, La Cañadilla y Montoro de Mezquita -estos dos últimos núcleos de población, ubicados en el municipio de Aliaga-.

 

En la localidad de Alloza, ubicada en la comarca de Andorra-Sierra de Arcos, las alarmas saltaron sobre las 15.00, cuando las fuerzas de seguridad dieron los primeros avisos para que los vecinos no salieran del municipio y se encerraran en sus domicilios. "Serían las tres más o menos cuando dijeron que nos metiéramos en casa y cerrásemos las ventanas", explicó Pedro Zaera, vecino de 72 años de Alloza. Posteriormente, los hechos se sucedieron rápidamente. Cuando las llamas se encontraban a menos de 3 kilómetros del casco urbano, diferentes unidades de la Guardia Civil empezaron a solicitar mediante su propia megafonía que los ciudadanos abandonaran el municipio "poco a poco y con paciencia". Así, aquellos que disponían de vehículo propio se desplazaron hasta el polideportivo de Andorra. Se dispuso una flota de autobuses para aquellos ciudadanos de mayor edad.

 

Una hora después, se cortó al tráfico la carretera A-1402 de Alloza a Andorra por lo que los últimos en abandonar el lugar se dirigieron al pabellón multiusos de Ariño. Algunos vecinos manifestaron que el desalojo fue prematuro y demasiado precipitado por lo que solo les dio tiempo "de llevarse lo puesto", según explicó Ramón Carbonell, vecino de Alloza. Si bien, según confirmó otra evacuada, Isabel Andrés, era "imposible seguir allí porque no se podía respirar".

 

Por otro lado, en Ejulve no se realizó el desalojo de forma oficial, sino que fue uno de los forestales el que sugirió a los ciudadanos que abandonaran sus casas por la acumulación de humo. De este modo, en un primer momento los vecinos de la localidad se organizaron para llevar a niños y ancianos a otras localidades cercanas. "Nos conocemos todos, y ya nos organizamos entre nosotros para marcharnos", dijo Raquel Allorza, vecina de Ejulve.

 

Tras la marcha de los primeros habitantes, el resto fue abandonando sus casas paulatinamente por sus propios medios. Alrededor de 30 vecinos decidieron quedarse en el municipio para colaborar en las tareas de extinción durante las horas nocturnas. "Nos quedaremos aquí para intentar que el fuego no pase de los bancales y no llegué hasta las casas", afirmó José Manuel Salvador, alcalde de Ejulve.

 

En la zona de Aliaga, los habitantes de los barrios de Cirujeda, la Cañadilla y de dos masías -en total unas cincuenta personas- fueron los primeros en ser desalojados de sus domicilios ante el avance de las llamas. Se trasladaron a Hinojosa de Jarque. Sobre las dos de la tarde, agentes de la Guardia Civil evacuaron a los siete trabajadores que se encontraban en la central Neoelectra, situada a pocos kilómetros de los focos centrales del incendio de Aliaga. Parte de la plantilla permanecía en la carretera que comunica este pueblo con Ejulve, a la espera de nuevos acontecimientos. El jefe de planta, Julián Cruz, señalaba que se había procedido a la evacuación, "como medida de seguridad". "Nos han comunicado -agregaba- que si avanza el fuego podríamos quedar incomunicados". A media tarde, y para evitar posibles explosiones, se les permitió regresar a la planta y poner en funcionamiento las máquinas para completar la combustión de las 150 toneladas de gas natural almacenadas en los tanques. Los vecinos de Corbalán no tuvieron que abandonar sus domicilios como al principio se barajó, si bien estuvieron alerta durante la noche.