MANUEL LÓPEZ, RECTOR DE LA UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA

"Si no nos dan dinero, nos tendríamos que endeudar por primera vez en la historia"

La austeridad de los presupuestos compromete las actuaciones de la institución, que puede verse obligada a pedir créditos para pagar las nóminas del personal

"Si no nos dan dinero, nos tendríamos que endeudar por primera vez en la historia"
"Si no nos dan dinero, nos tendríamos que endeudar por primera vez en la historia"
JUAN CARLOS ARCOS

La Universidad de Zaragoza cuenta este año con un presupuesto de 284,2 millones de euros, una cifra que significa un aumento de solo el 0,9% respecto al ejercicio pasado y que en términos reales suponen un decrecimiento del 1,8%. Esto convierte estas cuentas en las más restrictivas de la última década. La institución atribuye la falta de dinero a la escasa aportación recibida del Gobierno de Aragón y asegura que se verá obligada a retrasar obras, tendrá dificultades para afrontar los elevados gastos de las nuevas titulaciones y problemas para alcanzar los niveles de excelencia exigidos en el proceso de adaptación a Europa.

 

¿Cuánto dinero le hace falta a la Universidad de Zaragoza?

 

Se necesitaría que la Administración aportara como mínimo ocho millones de euros más para que tuviéramos un buen funcionamiento. Es una cifra calculada sin excesos, atendiendo a lo básico y en sintonía con la austeridad que se refleja en nuestras cuentas.

 

Austeridad tal que no le van a dar ni café a las visitas...

 

Hemos reducido al máximo los gastos de representación y vamos a suprimir los piscolabis que solíamos servir en algunos actos. Para el día del patrón de la Universidad (San Braulio, el 26 de marzo) ofreceremos un vino, pero sin acompañamiento.

 

¿Tanto se gastaba en cócteles?

 

No. No los eliminamos por el ahorro que suponen, sino por transmitir a la sociedad el mensaje de cómo estamos.

 

¿Y cómo están? ¿Realmente viven una situación tan comprometida o es una medida de presión para conseguir más fondos?

 

No exageramos. Las cuentas hablan por sí solas. Sin esos ocho millones extra que necesitamos podría suceder que a final de año, muy al final, tengamos que endeudarnos a largo plazo, algo que no ha sucedido nunca en la Universidad.

 

¿Nunca?

 

En la historia reciente, no. Hemos tenido algunos endeudamientos transitorios porque en verano, cuando aún no se han producido los ingresos de las matrículas de los estudiantes, se nos presentan problemas de liquidez de caja. Entonces, solemos pedir un poco de dinero, pero en un mes se salda la cuenta. Ahora estamos hablando de otra cosa diferente, de un endeudamiento por no poder llegar a cubrir los gastos con el presupuesto que tenemos.

 

¿Cuánto dinero pedirían?

 

Es un futurible. No tenemos aún una idea de la cantidad.

 

Pero sí sabrá a qué partidas se destinaría.

 

A una básica, la de personal, que es un gasto ineludible al que tenemos que hacer frente.

 

¿Han hablado con la DGA de este planteamiento?

 

Llegado el momento, si no recibimos más fondos, lo haremos, porque tenemos que pedirle autorización antes de solicitar un crédito.

 

¿Y cómo se pagaría esa deuda?

 

La Universidad se avala a sí misma y confiamos en que se pudieran obtener distintos ingresos para saldarla.

 

Pese a sus reivindicaciones, el Gobierno de Aragón mantiene que da suficiente dinero a la institución académica y que ha hecho un gran esfuerzo para dotarla de fondos. ¿Ha originado el presupuesto tensiones entre el Ejecutivo y el Rectorado?

 

El ambiente está bien y las relaciones son normales y cordiales tanto con la consejera como con el presidente.

 

Cordiales, pero sin frutos...

 

El dinero que nos asigna el Gobierno de Aragón se cerró cuando se aprobaron los presupuestos de la comunidad. No ha habido avances, pero podría llegar alguna financiación específica. No lo estamos negociando, pero sí que un día hablamos con el vicepresidente, José Ángel Biel, sobre un dinero para la facultad de Bellas Artes en Teruel.

 

Bellas Artes es una de las prioridades. ¿Lo son también la construcción de un nuevo edificio de Educación y la rehabilitación del de Filosofía y Letras, o esos proyectos están entre las obras que se retrasarán?

 

Se encuentran en los primeros puestos de la lista de actuaciones. El calendario tenemos que hablarlo con el Gobierno, pero nuestra intención es empezar a construir la facultad de Educación este año y también acometer alguna parte de la rehabilitación de Filosofía y Letras.

 

Queda pendiente también buscar una sede propia para Arquitectura y Periodismo. ¿Han avanzado las conversaciones para instalarlas en la Expo?

 

No, no se ha hablado nada más. Pero ahora que parece que definitivamente el pabellón de España se destinará al Instituto del Cambio Climático, estamos reflexionando y pensando que, si no va a estar en ese pabellón, quizá lo mejor sería que se ubicara en el campus Río Ebro. Allí tenemos superficie, pero es una idea sin cerrar.

 

Y con Periodismo...

 

Sucede algo parecido. Estamos meditando si la disposición más oportuna sería el campus de San Francisco, en lugar de Ranillas. Si se quedara en el recinto universitario estaría más próxima al centro de la ciudad y al resto de enseñanzas de Humanidades y Ciencias Sociales.

 

El Consejo de Gobierno acaba de aprobar una reordenación del mapa de titulaciones. En él, se propone crear Podología en Huesca y Logopedia en Teruel. Pero esto también está supeditado a la financiación que reciban de la DGA. ¿Cuánto dinero necesitan?

No hemos hecho todavía la estimación, pero insisto en que la implantación de las carreras no llegará si no ingresamos dinero. El esfuerzo que supone iniciar titulaciones debe ir acompañado de la financiación correspondiente. Esto no es una medida de presión. Solo intentamos que se entienda que unos estudios nuevos no pueden sufragarse a costa del presupuesto de otros ya existentes, como ocurre ahora en algunos casos.

 

¿Por ejemplo?

 

En Huesca se ha implantado recientemente Odontología, que requiere infraestructuras, pero a la vez está Medicina, que se imparte desde hace 30 años y sus instalaciones son insuficientes a todas luces. ¿Cómo podemos seguir ampliando el mapa de títulos sin dinero, si ni siquiera llega para arreglar lo que ya hay?

 

Pregúnteselo a la DGA...

A ella nos dirigimos y, repito, no estamos retándola, sino insistiendo en una medida de prudencia y responsabilidad.

 

Con ese panorama que usted dibuja, ni le pregunto si tiene pensado poner otras carreras nuevas que aún no tiene la Universidad de Zaragoza...

 

El mapa no está cerrado, tenemos una cartera de nuevas titulaciones que nos gustaría ofrecer. Pero ahora debemos ver cómo se comportan los estudios adaptados a Bolonia. Todos durarán cuatro años y hay que analizar cómo funciona ese cambio, que no es poco. Después, ya veremos.

 

Uno de los objetivos de la reordenación de la oferta académica era actuar ante los estudios con baja demanda para hacerlos más atractivos. ¿Se conseguirá frenar el descenso de alumnado, que ha caído en cerca de 15.000 estudiantes en la última década?

Confío en que se mantengan las cifras, porque ya no se está perdiendo tanta población joven como en los últimos años. Pero habrá que ver qué efectos tiene la crisis, si animará o no a estudiar una carrera. Además, habrá que analizar si influye el incremento de la población inmigrante y la proximidad de sus descendientes a la edad universitaria.

 

Deberán contar también con la evolución ascendente de la Formación Profesional, en la que encuentran cada vez más una dura competidora.

 

Para mí, ver que aumentan los matriculados en FP no es una tristeza, sino una alegría. Los módulos formativos eran el gran déficit de la educación española y están mejorando a pasos agigantados. Pero sí, tendremos que tenerla en cuenta.

 

Mientras que las matrículas descienden, la plantilla de profesores aumenta y hay críticos que opinan que la falta de dinero se debe a una mala gestión, a que se gasta mucho. ¿Es la Universidad un saco sin fondo?

En absoluto. Nuestras cuentas son de las más transparentes que existen en la administración pública. Y lo son porque la mayor parte del gasto corresponde a la partida de personal, que con las nóminas se justifica fácilmente. Además, si ha crecido el profesorado es porque tenemos más carreras a las que ha habido que dotar de profesionales.

 

Algunos sindicatos en los que están representados los docentes han planteado movilizaciones en protesta por los austeros presupuestos y también que se convoque la mesa de negociación. ¿Se lo han comunicado formalmente?

Estamos en negociación continua con los sindicatos, pero no ha habido una convocatoria específica para reunirnos a hablar de las dificultades presupuestarias.

 

¿Pero cree que los profesores acabarán saliendo a la calle?

 

Eso no depende de nosotros. Pediría cautela antes de movilizarse, sobre todo, porque nuestros presupuestos aún no están aprobados. Se votarán en el próximo Consejo de Gobierno ordinario de la Universidad.

 

En su programa dijo que crearía guarderías en la institución para ayudar a conciliar la vida laboral y familiar. ¿Llegarán las cuentas para ponerlas o habrá que esperar?

El próximo curso queremos que haya ya una guardería, pero tenemos que definir dónde.

 

¿En el campus de San Francisco, tal vez?

 

Es un buen candidato.

 

Esta medida entraría dentro de los requisitos que se exigen para ser un campus de excelencia internacional. La ministra Garmendia visitó el pasado lunes Zaragoza para hablar de esa estrategia que persigue que las universidades puedan competir a nivel mundial. ¿Entrará Zaragoza en esa carrera?

Tenemos mucho interés en hacerlo y vamos a aprovechar ese impulso que nos puede dar el programa del Ministerio para consolidar nuestra posición entre las mejores universidades españolas.

 

La ministra también habló del Plan Bolonia, un proyecto por el que desde hace más de tres meses tiene a unos estudiantes encerrados en Interfacultades. ¿Va a desalojarlos?

No nos lo planteamos. Tenemos contacto diario con ellos a través del vicerrector de Estudiantes y les hemos ofrecido reunirse en mesas con nosotros para debatir. De momento, siguen ahí, pero saben que Bolonia no es algo exclusivo de esta institución, es un plan europeo y no hay mucho que hacer.