El obispo de Barbastro-Monzón, Alfonso Milián, y el de Lérida, Joan Piris, acudieron ayer a primera hora de la mañana a la sede de la Nunciatura Apostólica en Madrid para firmar el nuevo acuerdo sobre los bienes. Es el segundo ya que firman ambas diócesis (el primero, en 2008, fue incumplido por el obispo de Lérida) y, como el anterior, no está garantizado su completo cumplimiento.

Aunque ambos prelados evitaron hablar después de firmar el nuevo pacto, sí lo hicieron antes. En algún caso ofrecieron frases confusas y hasta contradictorias con lo que horas después se fue conociendo. Por ejemplo, Milián se escudó en que "no hay tiempo material" para justificar que tampoco devuelvan los bienes antes de la visita del Papa. Y aunque se mostró "seguro" de que algún día sí regresarán, reconoció que lo de ayer era "un paso, y eso no quiere decir que no vaya a haber más pasos".

Por su parte, Piris ironizó sobre lo que iba a ocurrir en la Nunciatura Apostólica. Ante la pregunta de si habría acuerdo, respondió que "no sé lo que significa acuerdo en este caso". Eso sí, dejó claro que, aunque para él no supusiese un acuerdo, lo que sí iba a hacer era firmar el documento elaborado por la Santa Sede.

Tampoco se mostró muy proclive a garantizar que algún día devolverá los bienes aragoneses. "Eso ya dependerá del juez", contestó.

La actitud de los dos obispos estuvo en consonancia con la de la propia Nunciatura Apostólica, que desde hace ya un año dirige el italiano Renzo Frattini. Además de negarse a informar sobre la reunión, desde la Nunciatura se llegó a trasladar que ambos obispos habían salido por una puerta diferente a la principal, pese a que seguían dentro reunidos, para evitar tener que responder públicamente ayer sobre lo firmado.