Tercer Milenio

En colaboración con ITA

MERCADO LABORAL

Más de 100.000 aragoneses viven encadenando contratos temporales

La reforma aprobada por el Gobierno, que permitirá extender legalmente esta práctica de forma ilimitada, suscita reacciones encontradas en la comunidad, en un debate que enfrenta la precariedad laboral con la creación de empleo.

Los contratos indefinidos aumentan un 10,18%
Más de 100.000 aragoneses viven encadenando contratos temporales
V. LAX

“Prefiero un trabajador temporal que un parado”. Es la base argumental que el ministro de Trabajo e Inmigración, Valeriano Gómez, ofreció en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros del viernes, donde se aprobó, entre otras medidas, la suspensión del límite que impide encadenar contratos temporales durante dos años.


De esta forma, el Gobierno central deja en barbecho el artículo 15.5 del Texto Refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores, en el que se establece que adquirirán la condición de fijos aquellos trabajadores que en un plazo de 30 meses hubieran estado contratados durante más de dos años, con o sin solución de continuidad, para el mismo o diferente puesto de trabajo con la misma empresa o grupo de empresas mediante dos o más contratos temporales.


O lo que es lo mismo, desaparece el eterno dilema que más de 100.000 trabajadores aragoneses se planteaban hasta la fecha: “O me echan, o me hacen fijo”. Una nueva realidad que abre el debate sobre el modelo económico y laboral para salir de la crisis y, sobre todo, que cambia las perspectivas de esa gran masa de ciudadanos de la comunidad.


Porque, qué es mejor, ¿tener trabajo, aunque sea temporal y precario, o tener la oportunidad, aunque solo sea eso, una oportunidad, de acceder a un contrato fijo? Los sindicatos aragoneses lo tienen claro. “Ofertar empleo más precario para reducir el paro es un error mayúsculo”, en opinión del secretario general de UGT en Aragón, Julián Lóriz. “Y quienes van a pagar este error –continúa-, van a ser los jóvenes”. Según datos de esta organización, el 74% de los jóvenes entre 16 y 20 años engrosa las listas del paro en la comunidad.


En cambio, el ministro Gómez asegura que durante la crisis, lo importante es sostener el trabajo, sea “fijo o temporal”. Por ello, recordó que ahora es preciso tomar medidas que den “flexibilidad” a las empresas para que puedan reducir costes y así, facilitar la contratación.


De hecho, para los empresarios aragoneses, estas medidas “se quedan cortas” y “tratan de dar gusto a todos y no dan a nadie”, según comenta el presidente de la Confederación de Empresarios de Zaragoza (CEZ).

La sombra del fraude en el contrato temporal

En todo caso, lo que sí conseguirá la medida adoptada por el Gobierno de Zapatero será poner cierto coto a la contratación fraudulenta de trabajadores temporales. No en vano, las inspecciones de trabajo en la Comunidad Aragonesa revertían cada trimestre un millar de trabajos ilegalmente temporales en fijos, lo que pone de manifiesto las estrategias de algunas empresas a la hora de saltarse la norma que acaba de quedar en suspenso.


Es el caso de Cristina P., una trabajadora de un importante grupo de distribución de alimentos: “A los dos años te echan, y al mes vuelves a ser contratada por otra empresa del mismo grupo, y para realizar el mismo trabajo”.

¿Afectará a la compra de vivienda?

En una situación similar, Yolanda T., administrativa en una compañía de seguros con un “supuesto” contrato de obra, plantea una interesante visión: “Si nunca consigues un contrato fijo, ¿cómo vas a comprar una vivienda?”. A lo que le responde el secretario de Empleo de CC. OO. en Aragón, Antonio Carvajal, para quien la decisión del Gobierno es “un paso atrás”. “Las condiciones son peores para el trabajador, porque no tiene garantías para su futuro, por lo que no puede afrontar gastos o inversiones más allá del día a día”, señala.


“Lo que está claro es que la inseguridad laboral del trabajador no beneficia a la compra”, lamenta Rosa Sánchez, de Fincas Sánchez. Además, “será más difícil encontrar financiación”, ya que las entidades bancarias ofrecerán menos confianza a la hora de prestar dinero a un trabajador temporal, lo que agravaría la actual situación de la compra-venta.