EDUCACIÓN RELIGIOSA

Más de 2.000 alumnos piden clases de religión no católica, pero solo hay profesores para la mitad

La cifra de matriculados en estas asignaturas se ha triplicado desde 2005. Este año, 600 estudiantes de centros públicos reciben formación evangélica y otros 530 islámica. Otros credos minoritarios no se imparten en el sistema educativo.

Cerca de 2.100 alumnos han solicitado este curso clases de religión no católica, aunque solo algo más de la mitad de ellos las reciben. Las causas: la escasez de profesorado y que las peticiones aisladas no son atendidas porque se necesita un grupo mínimo de niños para dar la asignatura (esto sucede sobre todo en el medio rural). Cada año son más las familias que quieren este tipo formación para sus hijos. De hecho, desde 2005 se ha triplicado el número de peticiones.


Los credos más demandados son el evangélico y el islámico. El primero lo quieren estudiar aproximadamente 1.100 colegiales y finalmente se le ha concedido a 600, según los cálculos de la Educación Religiosa Evangélica (ERE). De ellos se ocupan ocho profesores (seis trabajan en Zaragoza y dos en Teruel).


Las cifras son similares a las que registra la religión islámica. Mil alumnos se han mostrado interesados en cursarla como asignatura, pero solo lo han conseguido 530. Estos cuentan con tres profesores, dos están en Zaragoza y uno en Huesca. Según el departamento de Educación, se contrató a otro en Teruel, pero renunció a su plaza.


En el caso de las dos religiones, los profesionales de la enseñanza se ven obligados a recorrer distintos centros (algunos hasta diez situados en distintos barrios y en algún pueblo) para atender las demandas formativas de los estudiantes.


Los docentes de los diferentes credos reciben un sueldo del Ministerio de Educación y su elección se hace con un procedimiento similar al que se sigue con los de religión católica. La diferencia es que en lugar de ser los obispos los que proponen a los profesores que consideren oportunos, lo hacen el consejo general de la Enseñanza de la Religión Evangélica y la Comunidad Islámica.


Los padres interesados en que sus hijos asistan a esas clases deben señalarlo en las solicitudes que entregan en los centros (en las que se eligen las asignaturas del curso). Estos documentos se envían primero a la Administración educativa aragonesa y después al Ministerio, que es quien determina si dota de personal a una escuela.


Alternativas a la asignatura


Desde la DGA argumentan que, en el caso del islam, es frecuente que no pidan formación religiosa todos los musulmanes que se escolarizan y que muchos de los que la solicitan no se matriculan en ella finalmente porque se inscriben en las clases de inmersión lingüística. En algunos centros, esta materia (que sirve para ayudar a los estudiantes a mejorar sus competencias y destrezas en español) se imparte a la hora de religión.


De momento, las tres únicas religiones que se ofertan en los colegios e institutos aragoneses son la católica, la evangélica y la islámica. El resto de confesiones se quedan fuera del sistema educativo por su carácter minoritario y se enseñan solo en las distintas asociaciones o templos.


Este es el caso del budismo. "De momento, no hay profesores que dependan del Ministerio, quizá dentro de algunos años, cuando crezca nuestra presencia en Aragón y en España, se puedan formar grupos de alumnos suficientes para pedir un docente", explican desde el Centro de Estudios de Budismo Tibetano de Zaragoza. "Solemos dar cursos y charlas a los que quieren informarse, pero lo hacemos por nuestra cuenta y en la sede que tenemos", añaden.


Charlas y conferencias


Parecida situación vive el judaísmo. Timna Segal, presidenta de la asociación Sefarad Aragón, comenta que el hecho de ser una comunidad pequeña hace imposible que se enseñe esta religión en los centros públicos. "Somos una minoría. En nuestro organismo hay 43 socios, pero la mayoría no son judíos, sino simpatizantes, gente que se interesa por esta cultura. Es lógico que no tengamos presencia en el sistema educativo aragonés", comenta.


Timna añade que sí han asistido a algún instituto a dar charlas sobre el Holocausto, por ejemplo, y que prevén programar actividades en otros centros. "La DGA nos ha dado una subvención para difundir nuestra cultura, pero es difícil introducir actos cuando los colegios ya tienen el horario y la programación cerrada. Esperamos poder hacerlo el próximo curso porque ya hemos recibido llamadas de algunos institutos interesados en que hablemos con los alumnos", relata la presidenta de Sefarad Aragón.