DEPENDENCIA

"Mi marido necesita atención las 24 horas"

Servicios Sociales ha llegado a recibir hasta mil solicitudes al mes de personas que piden la ayuda a la dependencia. Algunas esperan que el Gobierno de Aragón les aprueba la prestación.

Anselmo Diego va a pedir la ayuda por segunda vez.
"Mi marido necesita atención las 24 horas"
OLIVER DUCH

Mari Giménez habla desde la impotencia: "Necesito la ayuda, mi marido requiere atención las 24 horas del día y solo estamos mi hijo y yo para ofrecérsela". Con tan solo 29 años, a Carlos le diagnosticaron una esclerosis progresiva que ha ido, poco a poco, empeorando. Hasta el punto que ahora, con 47, apenas puede moverse y precisa de alguien incluso para levantarse de la cama o pasarse de un sillón a otro.

"Por eso no entiendo lo que ha sucedido", lamenta Mari. Hace dos años que solicitó la ayuda de la dependencia y, después de los exámenes necesarios, el Gobierno de Aragón le otorgó una retribución mensual de 400 euros. Sin embargo, el grado de deterioro de Carlos era cada vez más evidente. "Tuvo varios brotes y el médico de cabecera me aconsejó que solicitara un nivel mayor del que me habían otorgado", recuerda Mari. No dudó en plantear la petición, pero su sorpresa llegó cuando volvieron a reconocerle y en lugar de darle más puntos se los restaron y, por consiguiente, le redujeron la retribución económica.

"Me quitaron 18 puntos en la valoración. No entiendo lo que pasó", subraya. Esto supuso que de una aportación mensual inicial de 400 euros, esté cobrando en estos momentos tan solo 90. "Cuando reclamé, me dijeron que había lista de espera y que ya me avisarían", señala. Pero lleva un año en esta situación, que ella misma califica de "insostenible".

Y para dejarlo patente, recuerda un día a día normal: "Mi marido requiere asistencia todo el día. Necesita que le vistan, le laven... Va en una silla de ruedas y mi hijo se está destrozando la espalda solo de moverlo de un sitio a otro. Hay veces que piensas que no puedes más, pero tiras para adelante".

Lamenta que para cualquier mejora en la calidad de vida de su familia se tenga que luchar tanto. De hecho, recuerda también que hace seis años que lleva solicitando al Gobierno de Aragón que le instalen una rampa en la entrada del edificio donde vive, en la calle Juan Ramón Jiménez, en el barrio del Actur (son pisos sociales). Aunque reside en un bajo, hay seis escaleras para poder acceder a la calle y su marido utiliza una silla de ruedas para moverse. "Gracias al apoyo de mis vecinos y a que he pedido un préstamo, voy a poder instalarla. Es todo por nuestra salud física", afirma Mari.

Pero la situación de Carlos no es la única pendiente de una solución. Aunque bien es verdad que la mayoría se resuelven favorablemente, aunque tarden más de lo debido, en algunas ocasiones no se entiende que otras solicitudes se denieguen.

"Volveré a solicitarla"

Anselmo Diego, de 55 años, sufre también esclerosis múltiple y se mueve con una silla de ruedas. También avalado por sus informes médicos, presentó solicitudes para obtener la prestación a la dependencia y a la incapacidad por invalidez. "Afortunadamente me concedieron la segunda", afirma. "Los que vinieron a valorarme lo hicieron cuando todavía me podía valer yo solo y decidieron no otorgármela, pero ahora...", manifiesta Anselmo. Tiene una incapacidad del 76% y va a solicitar de nuevo la prestación "a ver si hay suerte".

De hecho, asegura que en lugar del pago económico le vendría mucho mejor la asignación a una de las plazas de residencia, que están destinados para este tipo de personas dependientes. Anselmo vive solo y sabe que va a necesitar con el tiempo más ayuda. Ahora, le cuesta moverse y va en una silla de ruedas. "Este verano lo he pasado ya bastante mal, por lo que he preguntado en varios centros, pero los precios son muy elevados... Había plazas que costaban 1.400 euros. Una persona sola no puede hacer frente", afirma.

Él, como muchos, está pendiente de que finalmente el Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) concierte las plazas para dependientes en residencias privadas. Hay previstas unas 700 y fundamentalmente están dirigidas a mayores en esta situación.

Pero hasta que se llegue a una solución, tanto Anselmo como Carlos engrosan el abultado listado de solicitudes que aspiran a conseguir una ayuda para sobrellevar de una manera más fácil la minusvalía que sufren. Y el tiempo para ellos es fundamental.