Tercer Milenio

En colaboración con ITA

EDUCACIÓN

María Moliner era de ciencias

El director del instituto Goya, José Antonio Ruiz, coloca una de las cajas del archivo de expedientes que hay en el centro educativo.
María Moliner era de ciencias
PEDRO ETURA

María Moliner era brillante en Química, Luis Buñuel renqueaba en gimnasia y Lázaro Carreter era un alumno diez. Los secretos académicos de estos y muchos otros ilustres aragoneses se esconden en las entrañas del instituto Goya de Zaragoza. En 90 metros cuadrados de archivo, el centro conserva expedientes de alumnos desde 1845, cuando era el único instituto de la provincia. Desde esa fecha y hasta 1933 -cuando se creó el Miguel Catalán-, el Goya era lugar de paso obligado para los bachilleres de Zaragoza.


En sus aulas, el poeta y pensador cubano José Martí se examinó de las siete asignaturas pendientes que tenía cuando llegó a España y que necesitaba para poder acceder a la Universidad. Las aprobó en 1873 y -según el director del instituto aragonés, José Antonio Ruiz- el documento original que lo certifica ha emocionado a más de un compatriota que se ha acercado hasta allí para verlo.


En otra de las cientos de cajas del archivo se custodia la trayectoria académica del científico Miguel Catalán, que aprobó el examen de ingreso en el centro en 1904 y destacó en Aritmética y Lengua Francesa. Le acompaña el historial del director de cine Luis Buñuel, que llegó al instituto tras ser expulsado de Jesuitas y que obtuvo matrículas de honor en Historia Universal e Historia Literaria. "En aquellos tiempos no existía ninguna asignatura de cine, de lo contrario, seguro que hubiera destacado", bromea el director del Goya. Su expediente desvela también que en otras asignaturas, como Gimnástica y Lengua Castellana, se quedó en un aprobado.


En la misma década que Buñuel -la de 1910-, llegó al instituto María Moliner. No sorprende que la lexicógrafa tuviera sobresaliente en Lengua Castellana o notable en Latín, pero sí que la materia en la que más destacara fuera Química General, en la que tuvo matrícula de honor.


De entre los miles de expedientes guardados, hay uno que destaca por su brillantez: el de Fernando Lázaro Carreter, que estuvo en el instituto de 1934 a 1941. El lingüista y ex director de la Real Academia Española consiguió premios extraordinarios de matrícula de honor en prácticamente todos sus cursos de bachiller. Esto le sirvió para conseguir becas que le sufragaron buena parte de su formación.


Estos documentos han servido a historiadores y otros estudiosos para analizar los inicios académicos de los ilustres de la tierra. El archivo se puede consultar con previa autorización del instituto Goya y en los historiales se guardan desde partidas de nacimiento a análisis antropométricos, pasando por fotografías y exámenes de ingreso.


Tener las notas 50 años después


El archivo está disponible también para aquellos que quieren ver en qué materias destacaban sus abuelos o sus padres e, incluso, para recuperar las calificaciones que se obtuvieron de bachiller hace medio siglo. Esto le ocurrió a un señor que quiso demostrar a su nieto que en su época de estudiante había sacado una matrícula de honor. "Nos llamó un alumno que se había formado en el instituto hace unos cincuenta años. Nos decía que su nieto no se creía que él había tenido buenas notas. Buscamos su expediente y se lo enviamos. Nos dijo que para él había sido un gran regalo", comenta el director del Goya.


Este instituto aspira a seguir incorporando a su archivo los expedientes de futuros alumnos y a continuar recordando su historia a través de los ya recopilados. En esta línea, en marzo celebrará un congreso sobre historia de la enseñanza media en Aragón.