María Cordón: "Esto tal ver sirva para que la figura de mi padre recupere la dignidad"

María Cordón, una de las hijas del empresario Publio Cordón, secuestrado por la banda terrorista Grapo el 27 de junio de 1995, indicó, en relación a la búsqueda del cuerpo de su padre, labor que está realizando la Guardia Civil en el Sur de Francia, en la zona de Mont Ventoux, que "estamos a la expectativa, esperando acontecimientos, a ver si podemos vivir con menos angustia, a cerrar parte de la herida si recuperamos el cuerpo de mi padre".


"Espero que lo encuentren pronto, así podremos traerle, aunque desgraciadamente sin vida, nadie nos lo va devolver, pero esto nos va a dar algo de tranquilidad", señaló.


Trece años después de que el presidente de Previasa y del Grupo Quirón, Publio Cordón, fuera secuestrado en Zaragoza, María Cordón aseguró que "a pesar de que el desenlace fue fatal y trágico, lógicamente, después de tanto tiempo, ya no confías en que esté vivo, recuperar su restos nos daría algo de tranquilidad, por lo menos deberíamos tener la posibilidad de enterrar a nuestros seres queridos".


La Guardia Civil busca desde el pasado mes de noviembre los restos mortales de Publio Cordón, tras la confesión realizada por el Grapo Fernando Silva Sande, quien declaró que el empresario había fallecido tras saltar por una ventana del edificio donde estaba retenido, y que él se encargó de enterrar el cuerpo.


María Cordón apuntó que "esto tal ver sirva para que la figura de mi padre recupere la dignidad, que se limpie su memoria, se han dicho tantas cosas de su secuestro, desde que estaba por ahí, hasta que fue liberado y no regresó a casa. "Mi padre y nosotros somos auténticas víctimas del terrorismo, desde un principio estuvimos con la Asociación de Víctimas del Terrorismo, y si ahora se encuentra el cuerpo de mi padre podremos demostrar a mucha gente que esas historias eran falsas".


La también consejera delegada del Grupo Hospitalario Quirón, que fundara su padre, manifestó que "no daré nunca credibilidad a un terrorista. Silva Sande parece que ha confesado dónde está mi padre, creo que ha dado unos datos bastante precisos y que está más o menos identificada la zona, pero también han pasado muchos años desde el secuestro. Se está siguiendo esa línea de investigación, aunque es una zona muy extensa la del Mont Ventoux. La Guardia Civil no deja de buscar, pero tuvo que interrumpir los trabajos debido a la nieve".


Según el nuevo testimonio de Silva Sande, que siempre había dicho que se había encargado únicamente de custodiar al secuestrado y que éste fue liberado, cuando la familia del empresario hizo efectivo el rescate de 400 millones de pesetas, en agosto de 1995, Publio Cordón ya estaba muerto. "Entonces ya nos pareció extraño que Silva Sande acudiera junto a Enrique Cuadra Echeandía a cobrar el rescate porque parece ser que es habitual que el custodia y el que cobra el rescate no vayan juntos por motivos de seguridad. Para mí, Silva es el asesino de mi padre".


Respecto a la versión de Silva Sande de que el empresario murió tras saltar por la ventana de la casa donde estaba retenido, señaló que "no sé lo que haría mi padre porque ponernos en la situación de una personas secuestrada es muy difícil, pero mi padre era una persona muy valiente, optimista y muy fuerte, con lo cual creo que intentaría todo, desde hablar con ellos, convencerles para que lo dejaran en libertad, hasta intentar escapar".


María Cordón aseguró que "creo que Silva Sande mató a mi padre, no se si lo empujó por una ventana, si le pegó un tiro o qué paso, pero considero que es el asesino".


Recordó a su abuela, Benita Munilla, fallecida hace un mes, y dijo que "aunque siento muchísimo que ya no esté con nosotros, en parte agradezco que no tenga que pasar por esto, ella siempre decía que tenía la esperanza de que su hijo continuara con vida. Esta situación habría sido un golpe muy duro para ella".


Acerca del libro 'Historia de un secuestro', escrito por su hermana Carmen, que saldrá publicado próximamente, María Cordón comentó que ella quería hacer un libro, a modo de recordatorio, en el que relatara cómo había vivido ella y el resto de la familia el secuestro. "Sus hijos le preguntaban qué había pasado con su abuelo" --al que no llegaron a conocer-- y esta fue una de las razones por las que empezó a escribir el libro.