AGUA

Luz verde a la balsa lateral de Valcabrera y trabas geológicas con la de Agua Baja

El Instituto Aragonés del Agua (IAA) ya ha concluido los informes geotécnicos que se le encargaron para los proyectos de Valcabrera y Agua Baja, dos de las cinco balsas laterales del sistema de regulación del río Gállego que se aprobaron en 2006 en la Comisón del Agua como complemento a un embalse en Biscarrués de 35 hectómetros cúbicos.


Tras descartarse el proyecto de Valdeparadas, de 33 hectómetros cúbicos por lo inadecuado del terreno donde se quería construir el represamiento, el IAA se comprometió a financiar los informes geotécnicos de Valcabrera (55 hm3) y Agua Baja (36 hm3) y la Confederación Hidrográfica del Ebro, como puede leerse en la información anterior, los de las presas de Almudévar (160 hm3) y Alcanadre (44 hm3).


Los estudios del Instituto han comprobado la idoneidad geotécnica del embalse de Valcabrera, pero aconsejan la búsqueda de ubicaciones alternativas a la inicialmente prevista en Agua Baja.


En el caso del proyecto de Valcabrera, el embalse se asentaría sobre un sustrato terciario con capacidad portante muy superior a los materiales de la propia presa, y que resulta ser prácticamente impermeable, con lo que se puede conseguir la impermeabilidad en la cerrada a base de un módulo de arcillas y pantalla de impermeabilización. Se ha detectado, además, suficientes materiales dentro del vaso para la construcción del núcleo impermeable y de los espaldones. El IAA ya está realizando los trámites para la redacción del proyecto de Valcabrera y poder sacarlo a licitación en 2009.


En cuanto al embalse de Agua Baja, los informes indican que en el emplazamiento inicialmente sugerido se localiza un sustrato yesífero con diferentes niveles de permeabilidad, lo que obligaría a la construcción de pantallas de impermeabilización de gran profundidad.


Otro de los elementos a tener en cuenta de este emplazamiento son las referencias que indican la presencia de sal gema en el entorno, aunque no está confirmada su presencia bajo el sustrato yesífero. La existencia de sal en el subsuelo, un material soluble con el agua, es uno de los problemas más graves que puede haber para la construcción de una presa.


Tras estas conclusiones sobre Agua Baja, el Instituto trasladó a una empresa consultora especializada que estudiara, desde el punto de vista geotécnico, posibles nuevos emplazamientos alternativos próximos al inicialmente sugerido en el acuerdo de la Comisión del Agua. Una vez que se delimiten, serán propuestos en el seno de la comisión de seguimiento de las obras revisadas para su consideración. Los requisitos para su aprobación es que sea viable técnicamente y que suscite un amplio consenso.